Revista Opinión

Trabajadores millonarios insolidarios

Publicado el 02 enero 2010 por Rgalmazan @RGAlmazan

Como suele ocurrir en estas fechas, para no varias, los controladores de vuelo y los pilotos pretender conseguir sus reivindicaciones presionando, sabedores de su fuerza, a sus empresas (AENA y las compañías aéreas, respectivamente), jugando con cientos de miles de pasajeros que esperan viajar cuando les permite su calendario laboral.

Miren ustedes, alguna experiencia tengo en este tema que he vivido muchas veces de cerca. En mi experiencia laboral –cuarenta y un años trabajando en una línea aérea--  he tenido que afrontar este problema desde la posición más débil, el de dar la cara para anunciar retrasos o cancelaciones por estos desalmados.

Barajas

Tanto los controladores como los pilotos se consideran una clase superior aparte. Unos y otro son imprescindibles para que un avión pueda moverse. Y eso es lo que les hace fuertes, corporativistas y creerse elegidos por el altísimo. De ahí que se aprovechen vilmente de su situación.

Son, probablemente, los trabajadores mejor pagados del planeta, pero eso no les basta, quieren más dinero y trabajar menos.

Los pilotos, con su huelga de celo, los días pasados han provocado retrasos y cancelaciones a 700.000 pasajeros. Ellos niegan la mayor y dicen que son controles que tienen que hacer en el avión por cuestiones de seguridad. Lo que no dicen, ni quieren explicar es por qué esos controles de seguridad no son necesarios durante el resto del año, y sólo en fechas claves como Semana Santa, Verano o Navidad.

Ayer siete de los veintitrés controladores, ¡oh, casualidad!, faltaron al trabajo por enfermedad en el turno de mañana y provocaron el cierre de dos de las cuatro pistas de Barajas. Lo que conllevó serios retrasos y algunas cancelaciones en el aeropuerto madrileño. Estos “pobres trabajadores” que ganan de media la insignificante cifra de 350.000 euros al año (esta barbaridad, para entendernos los más mayores, son casi cincuenta y nueve millones de pesetas) son unos cobardes y no declaran huelga legal porque les da vergüenza y porque siendo la élite de los currantes, la sociedad y los medios de comunicación no entenderían sus razones, por lo que utilizan triquiñuelas que perjudican más al no estar programadas.

Para paliar el problema, AENA ofreció, a otros trabajadores del cuerpo ayer, 1500 euros por trabajar el turno y no encontró a nadie dispuesto a hacerlo. Está claro que 1500 euros lo ganan cualquiera al día y el dinero para estos muchachos no tiene valor. Se trata de chantajear a AENA en el culo de los miles de pasajeros que sufrieron las consecuencias.

Les da igual que sea época de crisis, que la situación económica sea crítica. Su insolidaridad no tiene límites. Ellos son ellos y a los pasajeros los encontraron en la calle. Ya sabemos qué sería de la Aviación sin ellos, lo que ellos no quieren darse cuenta es de que, aunque sea con dificultad, poco a poco son sustituibles y ninguno se pregunta qué sería de ellos sin los pasajeros, que son los que pagan.

Ante la repetitiva provocación de pilotos y de controladores habría que dar respuesta contundente, no valen las medias tintas. Estos privilegiados, truhanes de medio pelo, no pueden jugar con el resto de los mortales por importantes que sean –y más que les parece a ellos— y hay que hacerles ver que no hay nadie imprescindible.

Salud y República


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