Revista América Latina

Trabajador@s mírense en el espejo de Brasil con el bárbaro despojo de sus derechos

Publicado el 09 mayo 2020 por Jmartoranoster

Stalin Pérez Borges

Lo que a continuación les cuento son unos hechos que deberían ser muy conocidos en profundidad por los trabajadores y trabajadoras de todos los países. Las drásticas reformas de derechos laborales que ya existen en Brasil, y que ahora propone reforzar el presidente Bolsonaro, son tan antihistóricas, antiobreras y anti humanos, o son tan fascistas, que si no logramos denunciarlas y derrotarlas junto a los asalariados de ese país, estemos seguros que muchos otros gobiernos y sus burguesías van a querer también de imponer en sus países.

Más lo pretenderán hacer, a sabiendas de los costos que les va a causar las “madres de la crisis del capitalismo”, elevada a una infinita potencia a causa de esta epidemia del coronavirus. Ese desafío no sólo se lo podemos dejar a los trabajadores, que vienen sufriendo las consecuencias de esos cambios retrógrados en su Ley del Trabajo (CLT). Ellos los vienen padeciendo desde hace unos 3 años y, algunos cambios datan de más tiempos. Pero, con saña y alevosía desde finales del año 2017, durante el gobierno del dictadorsuelo Michel Temer. Ese mismo que desde la vice presidencia de la República se convirtió presidente, producto de su infame traición, detrás del golpe de estado parlamentario, en donde él dirigió el timonel en contra de la presidente electa, Dilma Rousseff.

Para contextualizar, lo que a continuación viene vale la pena no olvidar

Ese golpe cínico, canalla e ilegal entre lo primero que impuso y legalizó fueron los cambios bruscos a la CLT. Flexibilizaron al máximo las normas para las contrataciones de trabajadores y desregularizaron hasta lo imposible la justicia laboral. Puntualizando que ya la misma Dilma se atrevió a modificar algunos derechos de los asalariados, favoreciendo con ellos más al capital que al trabajo. Pero la poderosa fuerza empresarial brasileña consideró insuficiente para sus aspiraciones. En esa mala hora de la Rousseff, también tienen velas en ese entierro el Partido de los Trabajadores – PT, que en el parlamento aprobó esas modificaciones, y mucho más, pero bastante más, la Central Única de Trabajadores – CUT.

Sus alcahueterías a esa obra todavía se pagan por partida doble: se hicieron partes en el retroceso de conquistas alcanzadas en tiempos anteriores y, para el futuro, predispusieron en contra de la central y al petismo a miles de miles. Y, disculpen los que crean que quiero hacer leñas de los árboles caídos. Sólo aspiro que esos acontecimientos nos sirvan de lección, en especial a todas las centrales obreras. Veámonos allí, CSBT, Venezuela. Deseo que este mensaje a los “García” de parte de los “Pérez”, el cual no está tan encriptado sea bien interpretado, si no es que esa familia “García” ya sólo es una cofradía.

La conservadora pero preventiva clase capitalista de la llamada República Federativa, cuyo señas son: de idioma oficial es el portugués, conocida por sus extendidas tierras, ubicadas entre las famosas selvas del Amazonas y las poderosas cataratas del Iguazú, en medio de una crisis económica en la que ha estado envuelta desde principio de la década anterior, y creyéndose, por sus dimensiones territoriales, de ser el principal país de los llamados emergentes, se la jugaron. Urdieron el golpe de estado contra un gobierno que supusieron no le hacía el trabajo al pie de la letra. Contaron para montar esa trampa con las dos gestiones sucesivas de gobiernos de los Estados Unidos. Los gringos ya para ese momento tenían una ofensiva de recuperar su patio trasero a como diera lugar. Buscan darse un respiro y lograr de nuevo una mayor estabilidad por unos 50 años más.

Acompañaron ese plan desarrollando, paso a paso, todas las maniobras antipetistas, hasta posteriormente hacer encarcelar a Lula. Los sueños húmedos de la burguesía de ese país es encontrar los desaparecidos inversores extranjeros, para ver si con ese milagro del “Dorado Perdido” o de los “Nuevos Conquistadores Aparecidos”, ellos también logran recuperarse y crecer a la par, junto a la riqueza de ese capital invertido. Me imagino, – que casi siempre por fantasioso supongo como no es-, que muchos de los capitalistas brasileros sintieron una “cochina envidia” imaginarse que si sus congéneres hindús, quienes se liberaron no hace mucho del colonialismo inglés, permanecían comprando títulos y acciones de empresas corporativas en todas las Bolsas de Valores del mundo, por qué ellos en masas no lo podían hacer? Sigo escuchando desde lo lejo, la exclamación de lamento de un viejo millonario de esta gigante República, “Cómo esto puede ser posible, si para principios de los años ’70, nosotros, la clase minoritaria y privilegiada, vivíamos al igual a los multmillonarios belgas y nuestra mayoría pobre vivía de la misma forma que la mayoría de habitantes de la India!” y terminaba preguntando, “Con quiénes ahora nos podemos comparar?”.

Los perversos orquestadores del plan del impeachment a Dilma y de imponer una nueva situación política, para conseguir unos niveles de superexplotación que les permita imponer el valor del trabajo a casi 0, necesitan para poder entrar en condiciones de competencia en el mercado mundial y poder vender algunas de sus mercancías, impedir mayores derechos de leyes a los que buscarán apelar los sobrevivientes del trabajo. Están conscientes que, siendo esta una crisis económica del capitalismo mundial y que es de sobreproducción. Saben que el mercado brasilero, independiente de su enorme población de habitantes, producto de la histórica e inmensa desigualdad social imperante, está restringido apenas a unos casi 55 millones de personas, cifra aproximadamente cercana al 30 % de esa población. Muy “altas para los padrones internacionales”, afirmó recientemente el FMI.

Consumada esa magna obra pro encontrar recuperar mayores márgenes de ganancia al empresariado brasileño y con esto al imperialismo, vienen desde hace 3 años ya acelerando y protagonizando a placer sus espectáculos, en perjuicio de la inmensa mayoría de la población. Sin importarle lo más mínimo, que eso suceda a espalda a los derechos democráticos y adversos a los beneficios y a las leyes que favorezcan a la clase productora de bienes y servicios. De esa forma, quien sí hizo bien su trabajo patronal reformador, y el que por una de esas razones de llevar a cabo esa misión estaba allí, fue el Mister Temer. Tampoco está de sobra de recordar y meter los dedos en la herida abierta: que ese señor, antes de su investidura apócrifa de presidente, su cargo público de vicepresidente, lo había obtenido a lomos de las gracias concebidas por el “espiritu” de la maquinaria del PT. Él en las elecciones presidenciales fue parte de la fórmula junto a Dilma.

Entre los inmensos perjuicios en contra de los asalariados por las contrareformas de Temer contenidas en la CLT están: Jornadas del Trabajos; Vacaciones; Cercenación a Derechos Sindicales; Desmejoras a Convenios Colectivos Vigentes; Retrocesos en Beneficios de Trabajadoras en Estado de Gravidez y Períodos de Lactancias; Imposiciones Retrógradas a los Trabajadores Autónomos; Trabajo Intermitentes; Trabajo desde el Hogar; Derecho de Comidas de los Trabajadores y las Limitaciones de Acciones de los Trabajadores ante la Justicia.

Jornadas de Trabajos: ahora se puede modificar y reglamentar jornadas diarias hasta de 12 horas en el marco de las 48 horas semanales y de las 220 horas mensuales. Anteriormente no se podía cambiar para nada lo establecido en las jornadas en la CLT y, en cuanto a las Jornadas Parciales, estas son de 30 horas semanales, sin horas extras y de 26 horas semanales con derecho a 6 horas extras. Antes de esta implementación sólo era lícito apenas 25 horas sin horas extras;

Vacaciones: A partir de ahora, las vacaciones pueden ser fraccionadas en tres partes. Estableciendo, que los períodos de fraccionamientos no pueden ser inferiores a cinco días, precisándose que tampoco pueden ser mayores que 14 días. Antes de las reformas, las vacaciones sólo se podían solamente fraccionar dos veces, y con períodos inferiores a diez días;

Derechos sindicales: desde la aprobación de la contrareforma a la CLT, se obstaculiza e impide a los sindicatos de cualquier forma de asistir y ejercer la representación de sus afiliados en los procesos de defensa de los juicios en los Tribunales del Trabajo. En cuanto a las contribuciones de los trabajadores a sus organizaciones cuando firmaban convenciones colectivas, están se hacía de forma automática una vez a final de año. Ahora sólo serán descontadas de los trabajadores que las autoricen;

Trabajadora en Estado de Gravidez y en Período de Lactancias: Estas compañeras están obligadas a laborar en centros de trabajo que estén catalogados de “Medio y hasta Mínimo” estado de Insalubridad. Sólo no lo pudieran hacer, si por solicitud médica, se pudiera establecer oficialmente que el lugar de trabajo está en situación de “Máxima” Insalubridad. En el pasado las mujeres embarazadas y las que lactaban a sus hij@s, no laboraban por ningún motivo si su centro de trabajo estaba en cualquier estado de Insalubridad;

Trabajadores Autónomos: son los Contratados que no tienen ninguna continuidad exclusiva en su relación de trabajo, por tanto no establecen vínculos con sus empleadores. El cinismo es que quienes vienen siendo de verdad autónomos son los patronos. Ellos pueden hacer con los derechos consagrados de los trabajadores y la ley lo que les da la gana;

Trabajo desde el hogar: estos venden sus fuerzas de trabajo desde sus casas, mientras su paga será por tareas realizadas y no hay control sobre la jornada laboral.

Trabajo Intermitentes: es el trabajo no continuo, que puede ser interrumpido si no hay necesidad de producir. Los salarios de los contratados en esa modalidad de trabajo serán calculados por las horas efectivamente trabajadas, y no puede ser inferior al valor de la hora correspondiente al salario mínimo mensual. Los derechos como vacaciones, Fondo de Garantía por Tiempo y Servicio – FGTS), aguinaldos y descuento por seguridad social serán calculados también proporcionalmente al tiempo efectivamente trabajado. Con esas condiciones laboran aquellos contratados para determinados tipos de trabajos.

Comida o Almuerzo de los Trabajadores: los patronos no están más obligados a garantizar que el tiempo para almuerzo sea de mínimo 1 hora. Ese tiempo pasa a ser negociado entre patrón y empleado, pero los minutos menos de ese intervalo deberán ser descontados de la jornada diaria;

Limitaciones de Acciones de los Trabajadores ante la Justicia: cualquiera comparecencia de los trabajadores y trabajadoras que tengan que realizar ante los Tribunales de Justicia y del Trabajo, estos y estas tienen que pagar las costas procesales y honorarios profesionales de la parte contraria. En caso que hay una actuación de mala fe de parte del trabajador o trabajadora, ell@s pueden ser multados y hasta pagar indemnizaciones. Y, en caso de que haya daños morales contra el trabajador o trabajadora, las indemnizaciones por ofensas graves del patrono serán de un monto máximo de 50 veces el salario del trabajador.

Las dos nuevas plagas contra la dignidad del trabajo de Bolsonaro: una en turno y otra está prevenida

Compañeras y Compañeros: si creíamos que todas esas contrareformas que con anterioridad contamos y padece la clase trabajadora brasileña son terribles y por tanto, nos deben mantener indignados, y abrazados a nuestros hermanos de clase brasileños, eran bastardas pero con eso, era suficiente, les quiero informar que no. Están en camino otras y mucho más dañinas.. Ya un proyecto está en proceso, en otras palabras está en su turno. La otra está también por venir, se encuentra en situación prevenida. Para los patronos y para el gobierno de Bolsonaro, esas retorcidas reformas que aprobaron en tiempos de Temer no les alcanzan. Quieren más. Bolsonaro, en medio de esta pandemia y esta crisis económica civilizatoria, aspira mucho más reformas sustanciosas a favor de los capitalistas. En ello será insaciable.

En su esquizofrenia y siendo el fascistas que es, desde sus irresponsabilidades cometidas en el combate contra la pandemia del coronavirus, ahora tiene asustado a más de 160 millones de brasileños, de los 220 millones que son ya, los habitantes del país. Hasta grandes sectores de empresarios que le acompañaban y apoyaban, lo están dejando de hacer. Las amenazas no son sólo contra los derechos de los trabajadores, sino que lo es contra las libertades democráticas, contra el derecho a la vida y todos los derechos humanos. Hasta el mismo Congreso Nacional se siente amenazado, cómo todas las demás instituciones del régimen. El riesgo que se avizora es una dictadura declarada, abierta y confesa. Es por ello que está envuelto el gobierno en una crisis política, acompañada de la crisis económica y sanitaria que hasta pudiera terminar produciendo al final su salida. Pero aun así, la fiera herida se hace mucho más peligrosa.

En su mundo de contra revolucionar los derechos de los trabajadores, propuso en el mes de noviembre dl año pasado ante el Congreso Nacional una reforma laboral que hace tocar más a fondo la dignidad de los trabajadoras y trabajadores. Esta reforma se conoce como la Medida Provisoria (MP) 905 y el propio Bolsonaro le llama la “Carteira de Trabalho Verde e Amarela” (Carta de Trabajo Verde y Amarilla). Esta fue aprobada en la cámara de diputados y en el proceso de pasar al senado para terminar de hacer su discusión y concluir su aprobación, se presentó la emergencia por la pandemia del coronavirus, que alguna buena vaina por fin tendría que hacer. Así pasados los días en donde no se puedo aprobar, se venció el plazo del tiempo reglamentario para hacerlo. El MP 905 tendrá que pasar de nuevo a la cámara de diputado y continuar todo el proceso necesario dentro de las normas del Congreso Nacional. Pero producto de las consecuencias de las emergencias en trabajo por la pandemia, el gobierno presentó el 1ro de abril, otra Medida Provisoria, la MP 936.

Esta otra MP 936 termina de darle un vuelco histórico a los derechos fundamentales de los trabajadores: le permite a los patronos suspender beneficios de las convenciones colectivas, reducir los salario, y despedir en masa a los trabajadores. Esta medida les otorga poderes máximos a los empresarios. Aprovechando la cuarentena y habiendo pocas posibilidades de protestar y rechazar, Bolsonaro ha logrado de encaminar el MP 936, independientemente que un ministro (magistrado) del Supremo Tribunal Federal, el día 6 de abril, “determinó que los acuerdos firmados por los trabajadores en el ámbito del MP 936, no tienen validez si estos no cuentan con la anuencia de los respectivos sindicatos, en un plazo de 10 días”. Sin embargo, el gobierno sigue adelante, argumentando que el MP 936 en ninguna de sus partes establece homologación sindical. Con el contenido de ella: se autorizan reducciones de la jornada de trabajo y de salarios; las empresas pueden suspender contratos de trabajos y ofrecerles a los trabajadores una compensación que cubra la parte de pérdida de sus salarios. La MP 936 tiene tantas ambigüedades y contradicciones que hasta sectores de la pequeña y media industria cuestionan algunas partes de su contenido.

Mientras la MP 905 o la Carta de Trabajo Verde y Amarilla (CTVA) es contentiva de reformas de fondos que buscará el capital imponer sobre derechos históricos de la clase trabajadora. Y, a partir de ahora, la situación de crisis sistémica, los obliga mucho más. Los fanáticos de pacotillas con concepciones neoliberales, desde haces décadas han querido imponer la sustancia de los cambios de la MP 905 en muchos de nuestros países. Tratan de presentar las contrareformas de una manera más “elegante” que con el desparpajo y furia que Bolsonaro las impulsa. Estas son parte de las propuestas que desde hace varios años han venido presentándolas como una gran solución para Venezuela, Primero Justicia PJ y Voluntad Popular VP. En esta coyuntura las levanta como de él, Juan Guaidó.

Pero, la propaganda patronal parte de convencer a la opinión pública de que hay que darle abiertas oportunidades a la juventud para incorporarla al mundo del trabajo. Solicitan sacrificios a algunas de las normas y beneficios concebidas en las convenciones colectivas. Exageran y falsean la realidad con el cuento que esas concesiones contractuales son la que le dan mucho costo al factor trabajo y por ende, a los precios de las mercancías y servicios. De esa manera quiere vender la idea que la únicas posibilidades de insertar en masas a jóvenes comprendidos entre los 18 y 29 años es haciéndolo así. Para nada dicen como los capitalistas se las inventan para mantener sus tasas de ganancias sin hacer ellos, ningún tipo de sacrificios.

Desde esa promoción engañosa parte la CTVA: contiene que los nuevos contratos individuales o colectivos deberán ser con el salario mínimo hasta la vigencia de esta Medida Provisoria, lo cual sería hasta el 31 de diciembre del 2022. O sea, da para entender que el salario equivalente ahora a R$ 1.558,50 mensual estaría hasta esa fecha. Precisa la MP 905, que no pueden pasar la validez de la medida, dependiendo del momento inicial. Son muchas otras modificaciones contrarias a viejos avances conquistados por los trabajadores.

No obstante, la que causa más frustración, rabia y dolor son las modificaciones que le van hacer al sistema de contribución al funcionamiento del Sistema Providencial. Sistema S, el cual cubre a los trabajadores, jubilados y pensionados: desde allí se hace Formación Profesional; presta Servicios Sociales; Culturales; Deportivos y Comerciales. Por la parte solidaria, los lugares de esta institución son sitios de relax y compartimientos sociales familiares de generaciones tras generaciones. Este Sistema venía siendo financiado por el estado y con contribuciones de la patronal. Pero sus modificaciones contemplan que a partir de vigencia de la MP 905, el Sistema S será cubierto en una gran proporción por las cotizaciones de los trabajadores en mayor medida que la de los empresarios.

Ese reajuste del Sistema del Providenciario a que a los trabajadores les están haciendo, es golpe moral y a la vida social no sólo a los trabajadores y a sus familiares sino a toda la sociedad. Otros cambios no es más otra cosa que congelarles los salarios por 2 años, mientras mayores descuentos por ley le propinan a ese salario. Y, en el caso de la recaudación para el Fondo de Garantía de Tiempo de Servicio (FGTS), los cambios previstos desmejoran enormemente el monto a percibir para los trabajadores. Además ya, que los trabajadores que retiran sin causa justificada, no tendrán derecho al salario correspondiente al finalizar su relación de trabajo, tal como estaba previsto en la CLT.

Todas esas reformas se convierten en un golpe profundo al bolsillo de los trabajadores y a desmejoras ancestrales a su seguridad social y, a sus condiciones de trabajo. Desmejorándose la fuerza y moral de nuestra clase. Nos toca a los trabajadores y trabajadoras de Brasil como a todos los demás trabajadores del mundo, revertir esta ignominia. Tenemos que organizarnos y luchar contra esta situación que nos arropará a todos, si no la derrotamos pronto. Empecemos: hagamos viral esta información de las acciones fascistas que de manera babara despoja de sus derechos, a la clase social que vende su fuerza para poder sobrevivir.

Stalin Pérez Borges



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