Revista Comunicación

Trabajar en casa

Publicado el 20 marzo 2020 por Solano @Solano

Aunque ya había dedicado una columna al teletrabajo, en esa ocasión me refería a una oportunidad para organizaciones de vanguardia. Esta semana el tema se puso de moda por cuenta de la coyuntura mundial: El coronavirus hizo que el presidente invitara a todos a teletrabajar.

Al día siguiente, millones de colombianos se despertaron con la idea de que tenían que hacer eso, pero ni siquiera sabían qué significaba la palabrita. Pues bien, la palabra produce urticaria en cierta generación de empresarios que no concibe la idea de que sus empleados puedan estar en sus casas y trabajando al mismo tiempo. “¿Sin vigilancia? ¡Imposible!”.

La emergencia sanitaria que implica que nos confinemos en nuestros hogares, de manera voluntaria por ahora y probablemente obligatoria dentro de algunas semanas, nos pone en la ineludible tarea de que confiemos en el otro, seamos productivos y mientras tanto no salgamos a las calles a facilitar la propagación masiva del virus.

En Colombia, el teletrabajo se encuentra regulado por la Ley 1221 de 2008 y, no obstante, para miles de empresarios y empleados ‘apareció’ apenas hasta esta semana, lo que ha implicado que se improvise sobre la marcha. Como pocas empresas tienen protocolos de teletrabajo, es normal que en este primer mes haya mucho ensayo y error, pero creo que es una oportunidad para que pasemos de la coyuntura a la estructura, es decir, que entendamos todos que es un modelo posible para casi todos los sectores económicos y, en ellos, para muchos roles.

Desde luego no todos pueden hacer su trabajo en la casa. A un sepulturero, por ejemplo, difícilmente la familia le va a aceptar que lleve trabajo a su hogar, pero las personas del área administrativa de una funeraria sí podrían perfectamente desarrollar sus tareas desde su casa.

Decenas de miles de profesionales en Colombia van a experimentar en estos meses que sí se puede si se tiene la disciplina y las condiciones del entorno apropiado, como ya lo hacen más de 180.000 personas en el país.

Lo que no quisimos avanzar en tiempos de calma, ahora tendremos que aprenderlo en momentos de zozobra. Así es la vida.

Nota: Esta columna fue publicada originalmente en Vanguardia el día 19 de marzo de 2020


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