¿Más vale pájaro en mano, que ciento volando?
Desde que me quedé sin trabajo, la verdad es que he tenido bastantes entrevistas para los tiempos que corren. Y no es por chulear, pero no se me ha dado nada mal el pasar el primer filtro.
Otra cosa es que haya tenido “mala”suerte y por una razón u otra, el proyecto en cuestión se anulase o quedara en stand by, resultando que sigo en la cola del paro trabajando para la mayor empresa de España a día de hoy.
La cuestión es que ahora mismo tengo un gran dilema.
Estoy en varios procesos de selección, pero realmente podemos decir que como oportunidades que casi estoy tocando con los dedos, tengo dos.
Una de esas oportunidades está muy bien. Del horario no me puedo quejar, la oportunidad de enriquecimiento y crecimiento profesional está acorde a mis intereses, del salario tampoco y además con beneficios sociales cheques comida.
La otra oportunidad la tengo más atada pero el horario es bastante peor, el salario más bajo y la categoría profesional es inferior a la que he conseguido alcanzar durante mi carrera en estos años.
Además, no tienen cheques comida y aparcar es misión imposible.
Pero es una oportunidad de trabajo mucho mejor que estar en el paro, consumiendo meses y ganando un pelin más.
Además, sorprendentemente voy a volver a trabajar junto a una antigua compañera con la que tuve la ocasión de formar el mejor equipo de trabajo con el que me haya encontrado en toda mi vida.
Supongo que a estas alturas, muchos no tendréis claro el motivo de mi dilema.
Pues bien, por un lado, sabiendo que tengo la oportunidad de optar a un trabajo con mejores condiciones, me frena el arriesgarme a aceptar primero el que es más seguro pero con peores condiciones y por el que estoy bastante menos motivada.
Muchos diréis, coge el trabajo más seguro y si luego te sale el otro que es mucho mejor, te cambias y listo.
Pues no es tan fácil, mi conciencia o mi forma de ser no se queda tranquila si tomo el trabajo “malo” y a los dos días les digo que adiós muy buenas.
No me gusta dejar tirado a nadie y menos en el ámbito laboral, porque si he comprobado algo últimamente es que este mundo es un pañuelo.
Y luego, burocráticamente tiene también sus contras. Si dejo el trabajo voluntariamente para irme al otro, y si en este otro las cosas no salen bien y me voy “forzosamente” tendría que esperar a que se cumplieran al menos tres meses desde mi marcha del primer trabajo para volver a cobrar el paro….. En fin, un lío y papeles, papeles y más papeles!
Y todo este agobio ¿por qué? Pues como habréis leído en casi todas las ofertas de trabajo, se requiere incorporación inmediata.
Así que tengo el día de mañana para tomar una decisión con la información adicional que pueda recopilar o renegociar sobre las dos propuesta de trabajo y esperar que sea la que sea, sea la más adecuada.
¿Vosotros qué harías en mi lugar? ¿Os arriesgaríais y apostaríais por el trabajo con mejores condiciones? ¿Creéis que sería correcto negociar mejores condiciones para el puesto que tengo más seguro?
La verdad es que no es nada fácil, así que igual que he empezado termino:
¿Más vale pájaro en mano, que ciento volando?