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Trabajo colaborativo y desarrollo de habilidades sociales en Educación Especial

Publicado el 22 agosto 2025 por Luisritx @luisritx

 Por Valeria Villegas Jaramillo y Luis Ricardo Ramos Hernández

Artículo de investigación

Resumen: El trabajo colaborativo se presenta como una estrategia pedagógica efectiva para promover habilidades sociales en instituciones de Educación Especial. Esta investigación identificó cómo las estrategias de trabajo colaborativo estructurado pueden fortalecer habilidades como la comunicación efectiva, la autorregulación emocional y la autonomía en seis estudiantes de segundo grado de secundaria del Centro de Atención Múltiple “Jean Piaget”, con diagnóstico de discapacidad intelectual, auditiva y trastorno del espectro autista. La intervención se basó en técnicas Freinet como la asamblea, talleres y juegos cooperativos y se aplicó durante siete semanas. Se utilizó una metodología cuasiexperimental sin grupo control, combinando análisis cuantitativo (mediante la Escala de Habilidades Sociales Básicas en pretest y postest) y cualitativo (a partir del diario de campo). Los datos cuantitativos se analizaron mediante promedios ponderados, mientras que los registros cualitativos permitieron observar avances individuales y dinámicas grupales. Los resultados demostraron mejoras significativas en escucha activa, empatía, planificación comunicativa, autoconocimiento y regulación emocional. El uso de juegos y actividades colaborativas favoreció la participación equitativa e integró a todos los estudiantes, incluso a quienes presentaban mayores barreras de comunicación. Estos hallazgos respaldan la noción de que el trabajo colaborativo estructurado es una herramienta efectiva en el desarrollo social dentro de la escuela especial. 

Trabajo colaborativo y desarrollo de habilidades sociales en Educación Especial

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 5. CONCLUSIÓN

El presente estudio tuvo como objetivo principal identificar cómo las estrategias de trabajo colaborativo pueden contribuir al desarrollo de habilidades sociales en estudiantes de segundo grado de secundaria del Centro de Atención Múltiple (CAM) “Jean Piaget”, en condición de discapacidad intelectual, auditiva y TEA. Los resultados obtenidos a través delanálisis cuantitativo y cualitativo confirman que el uso de prácticas colaborativas e inclusivastiene un impacto positivo en el desarrollo de habilidades como la comunicación efectiva, laautorregulación emocional y la autonomía personal.Mediante la implementación de técnicas Freinet, como la asamblea, talleres cooperativos y lecturas grupales, se logró crear un entorno estructurado que favoreció la interacción, la reflexión grupal y la construcción colectiva de conocimientos. 

La experiencia descrita demuestra que los estudiantes son capaces de organizarse y colaborar de manera autónoma cuando se les brinda una consigna clara y estructurada, como fue el caso de la frase “ponerse de acuerdo, de manera que todas las personas queden conformes con el resultado”. Esta orientación favoreció la toma de decisiones colectiva, la participación equitativa y el respeto por las ideas de los demás, incluso en estudiantes con necesidades educativas especiales, como Ignacio, cuya integración se logró exitosamente gracias a la comunicación gestual espontánea de sus compañeros.El uso del juego como estrategia pedagógica resultó especialmente efectivo para fomentar la cooperación, generar acuerdos espontáneos y facilitar la participación de estudiantes tímidos con mayor dificultad para integrarse. 

Actividades como armar un rompecabezas colectivoo calcular distancias con movimientos (“pato, patito, ganso”) promovieron la interacciónsocial natural y el fortalecimiento de habilidades comunicativas y emocionales en un entornolúdico y motivador.Sin embargo, la implementación de la asamblea evidenció retos en términos de regulación emocional, comprensión de roles y turnos de participación. En futuras intervenciones,consideramos implementar: 1. Incorporar momentos de preparación para la dinámica de la asamblea, con reglas claras, roles definidos (como moderador, relator, cronometrador) y ejercicios breves para practicar escucha activa y participación ordenada. 2. Usar el pizarrón para facilitar la comprensión de las votaciones y decisiones grupales; puede haber código de colores o pictogramas, que permitan expresar opiniones sin habla. 3. Ampliar el repertorio de juegos cooperativos.Los cambios más notables se observaron en habilidades como la escucha activa, la empatía,la regulación emocional y la toma de decisiones. En contraste, se detectó un único retrocesoen la tendencia a persuadir a otros de que sus ideas son mejores, lo cual puede interpretarsecomo un signo positivo de madurez social y respeto al grupo.

Los avances individuales también fueron significativos. Todos los estudiantes mostraronalgún tipo de mejora en habilidades sociales, aunque con diferentes ritmos y formas deexpresión, lo que refleja la importancia de personalizar las estrategias de intervención segúnlas necesidades específicas de cada alumno.Los resultados obtenidos confirman que el trabajo colaborativo es una estrategia pedagógica viable y efectiva para el desarrollo de habilidades sociales en estudiantes con necesidades educativas especiales. No solo fortalece el aprendizaje académico, sino que también promueve una formación integral que favorece la inclusión y la calidad de vida de los estudiantes. Para futuras investigaciones, sería conveniente prolongar el periodo de intervención y profundizar en el seguimiento individualizado, así como explorar otras técnicas y recursos visuales que puedan ampliar las oportunidades de participación y aprendizaje. 

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Luis Ricardo

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