7 de enero de 2014
“Los Reyes Magos no existen”.
Eso es lo que pienso mientras me hago unos largos en la piscina y pienso en el nuevo año que empieza. Les pido un trabajo y los muy cabrones se parten el ojete mientras ponen rumbo al lejano Oriente. Ya les vale…para una cosa que necesito. Nunca voy a encontrar trabajo de periodista. Es un imposible y ya me da igual. Yo a lo mío. Sin previo aviso, y con las pelotas aún irritadas por el cloro, el tiempo se dobla sobre sí mismo y tiene lugar uno de mis inesperados viajes al futuro.
9 de enero de 2014
Abro los ojos desorientado. Miro hacia los lados e intento ubicarme. Parece que estoy en una redacción, pero no sé dónde ni con quién. Miro alrededor, pero no reconozco a nadie. Parece que (increíble) estoy trabajando. En la pantalla de mi ordenador parpadea un guion sin acabar:
Entre familias anda o xogo. Programa 16: Os Cao (O Valadouro)
¿Qué coño es O Valadouro? ¿Quiénes son Os Cao? ¿Tengo curro? Noto el hormigueo característico que precede a mis viajes y desaparezco de la redacción.
20 de diciembre de 2013
Me presento en una entrevista de trabajo en el Colegio de Enfermería de Vigo. Tras una hora y media de charla la entrevistadora, Estefanía, me asegura que en unos días me llamará para decirme si el puesto es mío o no. Le replico que, en mi experiencia, “la llamada del no”, nunca se recibe. Sonríe y me asegura que ella siempre se pone en contacto con los candidatos tanto para bien como para mal. Me dice que tiene mi número y que esté tranquilo, que me llamará. Nos despedimos cordialmente.
16 de enero de 2014
Otro nuevo salto al futuro, esta vez algo más violento. Estoy en un plató de televisión, parece que se está grabando un concurso familiar. Lo presenta “El Tonecho”. La verdad que tiene coña el tío. No sé qué hago aquí, no lo entiendo. ¿Concurso yo? Si es familiar no creo.
Creo que la que está mi lado es la morena de “Tunight”, se gira hacia mí y me pregunta no sé qué de una tal Nati y de unos planos. Sonrío para no parecer subnormal perdido y, para escurrir el bulto, le digo que estoy cansado y que no puedo pensar. ¿Quién es Nati?
Fogonazo y vuelta al pasado.
10 de enero de 2014
Estoy sentado en un despacho y un tipo me explica las condiciones de el contrato. Cuando menta el sueldo noto un cosquilleo por todo el cuerpo, no por el hecho de ser alto o bajo sino por el mero hecho de tener un sueldo digno. Me pide que cubra un impreso y al fin averiguo con sagacidad (leo el membrete) que estoy en una conocida productora.
15 de enero de 2014
Alguien me para por el pasillo y me pregunta si he visto a una tal Brenda. Me dan ganas de responder que no, pero que busque en el Peach Pit. ¿Quién es Brenda? El hombre vuelve a insistir: esta vez me dice si he visto a Javi. Le señalo una dirección a boleo y para no parecer muy imbécil salgo corriendo moviendo los brazos mientras me pierdo por el laberinto de pasillos.
9 de enero de 2014
-¿Entonces…tengo el trabajo?
─¡Que sí hombre tranquilo!
Nos damos un abrazo y contravengo una de las tres normas del novato: “No abraces a tu jefe el primer día de trabajo”. Las otras dos son: “No abraces a tu jefe” (así sin más) y “No abraces a tu jefe en la primera hora de trabajo”. Me doy cuenta que he infringido las tres.
Como para regalarme un Gremlin.
Subo al coche y llamo a mi madre. Le cuento lo que ha pasado y se pone a llorar de emoción como Al Pacino en El Padrino III cuando matan a la hija. Si no has visto El Padrino III te he reventado la película, pero la culpa es tuya por no haberla visto antes, burro.
Le digo que se tranquilice, y que me llame cuando deje de balbucear como si le hubiesen amputado un brazo.
Vuelve a llamarme más tranquila (solo hipa) a los dos minutos. Le cuento la historia y la noto tan emocionada que no me atrevo a decirle que es solo un contrato por obra. Me imagino la conversación.
─¿Por obra de quién Antonciño?
─Por obra de Dios Mamá, por obra de Dios.
9 de enero de 2014
Miguel García le pregunta a Quique Morales por un redactor “creativo y divertido”. Quique se acuerda de mí y me recomienda. Pensé que ese tipo de cosas ya no ocurrían. Q. me manda un mensaje al Facebook contándome la jugada. Hablo con mi futuro jefe y omito mi verdadera edad. No quiero que sepan que tengo 25.
20 de junio de 2036
Suena mi holograma neuronal. Es un número largo. Descuelgo tocándome la oreja. Es Estefanía.
Me dice que no tengo el trabajo.
¡Salud hermanos!