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traduttore... ¡traditore!

Publicado el 31 julio 2013 por Libretachatarra
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Hace unos cuántos años, Gus van Sant dirigió una muy buena película con Sean Connery, “Buscando a Forrester” que habla de la relación entre un escritor recluido y un joven estudiante afroamericano, con capacidad para escribir, pero que todos quieren como estrella de básquet. El personaje del escritor huraño estaba libremente inspirado en una figura mítica, J. D. Salinger, un hombre que supo alcanzar la fama con una novela y que luego, tras publicar algunos relatos más, se llamó a silencio y se escondió de la fama.
La novela mítica es The Catcher in the Rye y la traducción al castellano produjo una interesante historia que da el motivo de este post.
La traducción literal al castellano del título original en inglés es El guardián entre el centeno y tiene relación a un párrafo del libro que transcribimos:
...me imagino a muchos niños pequeños jugando en un gran campo de centeno y todo. Miles de niños y nadie allí para cuidarlos, nadie grande, eso es, excepto yo. Y yo estoy al borde de un profundo precipicio. Mi misión es agarrar a todo niño que vaya a caer en el precipicio. Quiero decir, si algún niño echa a correr y no mira por dónde va, tengo que hacerme presente y agarrarlo. Eso es lo que haría todo el día. Sería el encargado de agarrar a los niños en el centeno. Sé que es una locura; pero es lo único que verdaderamente me gustaría ser.
En 1961, Fabril Editora, en la primera edición al castellano en Argentina, publicó el libro con el nombre de El cazador oculto. El título parece, en un primer momento, un tanto caprichoso. De hecho, en las posteriores ediciones, cuando Salinger se puso más puntilloso con las traducciones de sus obras, sólo autorizó El guardián entre el centeno como nombre al español de su novela.
Pero es interesante la opinión que tienen algunos traductores sobre la conveniencia de usar la primera versión y no la más conocida y literal para el título. Reproducimos las palabras del escritor Rodolfo Rabanal aclarando el punto:
El guardián entre el centeno es estrictamente literal porque responde a las cinco palabras del título en inglés, pero esa literalidad no beneficia el sentido, más bien lo oscurece. El guardián es el jugador que en el béisbol corre para atrapar la pelota; si ese jugador se encuentra, de manera figurada, en un campo casi idéntico a un trigal, estará evidentemente oculto y fuera del alcance del bateador. En suma, “cazaría” la pelota desde una guarida y se comportaría como un cazador oculto. Ésa es la idea que inspiró el título de Salinger, sólo que en inglés, y en los Estados Unidos, bastaba con la literalidad para establecer la metáfora. Pero en la versión en español era preciso imaginar el propósito de Salinger y dar exactamente la idea que el autor buscaba.
Pese a este argumento (por demás válido) las posteriores ediciones quedaron con el titulo literal que fue del agrado de Salinger.
Un ejemplo más que expone las dificultades de la traducción literaria.
FUENTES:
Un muy buen artículo sobre Salinger en la revista “Ñ”:
http://edant.revistaenie.clarin.com/notas/2010/01/29/_-02129656.htm
El artículo de la novela en Wikipedia:
http://es.wikipedia.org/wiki/The_Catcher_in_the_Rye
Un artículo de Ezequiel Martínez en su blog en
http://weblogs.clarin.com/revistaenie-enminuscula/2010/01/28/salinger_el_guardian_de_los_titulos_que_se_bifurcan/

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