Revista Opinión

Traidor

Publicado el 25 enero 2010 por Elhombredelpiruli
TraidorLo van a juzgar por traidor. Por venderle secretos a un país extranjero. Es una acusación que suena a rancia, casi a decimonónica. O al menos a tiempos de la Guerra Fría. En cualquier caso a algo anacrónico para los tiempos que corren. No estamos en guerra y tampoco Rusia (presunto comprador de los secretos desvirgados) es la aterradora Unión Soviética que nos amenazaba con sus misiles y la destrucción total por alinearnos con el amigo americano. Hoy, el país de Putin es más de derechas que el de George Bush.
Dice el diccionario de la Real Academia que traición es:
1. f. Falta que se comete quebrantando la fidelidad o lealtad que se debe guardar o tener.
2. f. Der. Delito cometido por civil o militar que atenta contra la seguridad de la patria.
Parece que la Justicia española se agarra al segundo concepto, el de la seguridad de la patria, aunque habría que ver si realmente la amada patria ha corrido algún riesgo por la venta de los presuntos secretos. El Código Penal alude al deseo de favorecer a un país extranjero. Sospecho que la única intención del espía Roberto Flórez al vender documentos era embolsarse unos miles de euros más que beneficiar la cruzada rusa por un mundo mejor.
De todas formas a mí me gusta más la primera acepción del DRAE, que por algo los académicos la colocaron por delante.
Por eso creo que el delito de traición, si se mantiene en el Código Penal, debería ser más amplio, más versátil y, sobre todo, más acorde a los tiempos que corren.
-Bien podría considerarse traición del gobernante iniciar una guerra en un país extraño, sin razón ni motivo, alegando excusas falsas y contra la opinión mayoritaria de los ciudadanos
-Bien podría considerarse traición del munícipe arruinar el patrimonio nacional solo por megalomanía o por intereses crematísticos.
-Bien podría considerarse traición del político opositor calificar de “pedigüeño” al presidente del Gobierno cuando trata de negociar la venida a España de cuantos más fondos de cohesión de la UE, mejor.
-Bien podría considerarse traición del gestor, del empresario o del profesional la evasión de los capitales que podrían crear empleo aquí.
-Bien podría considerarse traición del responsable de un partido, concejal, diputado o cualquier otro cargo público o político desviar fondos de todos los ciudadanos para sus caprichos, para bodas de hijas, para compras de coches de lujo, viajes o memeces varias, incluso para financiar al propio partido.
-Bien podría considerarse traición de las empresas multinacionales el cierre y desmantelamiento de las grandes fábricas para llevárselas a otros países del Tercer Mundo donde la mano de obra resulta más barata. Es lo que llaman eufemísticamente deslocalización.
-Bien podría considerarse traición de los bancos cobrar comisiones por las transferencias destinadas a  ayuda humanitaria, o por repatir grandes beneficios entre sus directivos mientras socializa las pérdidas.
-Y, ¿por que no?, bien podría considerarse traición arrodillarse ante la Conferencia Episcopal y entregarle millones de euros que son de los ciudadanos (católicos y no católicos) en un acuerdo vergonzante solo por intentar acallar (sin éxito, por cierto) las bocas obscenas de los capitostes de la retrógrada secta que señorea B16.
Sin duda que el concepto de traición, hoy día, debe ser mucho más amplio que este tan raquítico que hoy sienta en el banquillo al espía Flórez

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