Elena recibe una llamada de Iván, su hijo de 6 años, quien le afirma que está perdido en una playa en Francia y que no halla a su padre. Esas palabras agobiadas de su hijo fueron lo último que supo de él.
Diez años después, Elena vive en exactamente la misma playa donde desapareció su hijo, trabaja de encargada en un restaurante y está comenzando a salir de ese oscuro túnel donde lleva anclada tanto tiempo.
Su vida se agita nuevamente cuando conoce de casualidad a Jean, un adolescente francés que le recuerda a su hijo. Entre ellos brota una fuerte conexión que terminará sembrando el desconcierto y la falta de confianza a su alrededor.