Soy una de esas pocas personas que está al tanto de los trámites básicos que hay que hacer para ciertas funciones que nos puedan hacer falta. Lo debo a una gran intuición a la hora de pensar en papeleos y, hasta ahora, casi siempre he acertado en el procedimiento más adecuado.
La baja por riesgo de embarazo (clasificado según la SS como todas las demás, “por enfermedad”) era realmente muy fácil de gestionar. Vas al médico de cabecera con las indicaciones de tu ginecólogo, o con tus propias indicaciones, y le haces conocer tu estado para que el propio médico de cabecera tome la decisión de darte de baja “por enfermedad” y así disfrutas del tiempo previo al nacimiento del bebé de un descanso más que bien merecido…
Cada mujer es un mundo, y cada trabajo tiene sus requisitos… por lo que el médico es quien evalúa la situación personal de cada circunstancia.
Como toda baja “por enfermedad”, hay que ir al médico para hacerle conocer la circunstancia y a partir de ahí. La primera vez debes ir a los tres días, para verificar la baja. Después, en un período semanal. Depende del médico puede que te la indique para dos semanas y debas acudir cada dos semanas. Pero hay que ir al médico periódicamente.
Pero me he encontrado con un trámite diferente en mi empresa, por el cual es la mutua quien evalúa el Riesgo en el Embarazo de los empleados y quien se hace cargo de esta gestión. Mi empresa me ha pedido que rellene la documentación que necesitan y para facilitar aún más el trámite, ha solicitado a la empresa que corresponde que me haga un reconocimiento médico laboral.
Hasta aquí, todo bien. Comparto el procedimiento con una compañera que está del mismo tiempo gestacional que yo (bueno, de -1 semana…). Pero me es imposible acudir a la cita que me han dado por parte de la empresa, así que tengo que ir dentro de mi período vacacional a hacerme el reconocimiento y a gestionar todo el papeleo con la mutua de marras yo solita. ¡Qué divertido!