Trampas inconscientes
On 13 de septiembre de 2013 by femeninameSeguro que os ha pasado alguna vez. Esta mañana sin ir más lejos, me ha ocurrido una de estas trampas inconcientes juguetona, malvadilla y graciosita con mi teléfono móvil. Llevo varios meses con este aparato estropeado. Como cada vez soy más tecnológica, me enteré el año pasado que la empresa de telefonía que uso ya no iba a regalar más móviles. Entonces, el último día, inconscientemente, decidí atreverme a ser una de las últimas poseedoras de un móvil gratis. Después de varios, “me voy a dar de baja”, una hora de llamadas al xxxx (donde siempren equivocan mi apellido) y varios trayectos en coche a la tienda, cierto es que lo conseguí.
El segundo paso de esta historia, que os tengo que contar para que entendáis el final, es que el distribuidor se equivocó y contraté un seguro para este nuevo móvil, inconcientemente, porque me vendió que el coste era de 3 euros el mes y cuando lo firmé ya eran 6 más IVA, por lo que inmediatamente le pedí que me diera de baja a lo que contestó que no podía, que llamase al xxxx, donde me dijeron que ya lo daban de baja: “Señora (apellido equivocado), no se preocupe que ya está dado de baja el seguro”. Ya ni me acordaba hasta que me llegó el contrato a casa y las condiciones del seguro, que inmediatamente mostré al distribuidor y me comentó que sin problemas, que ya estaba dado de baja. Con la mosca detrás de la oreja por donde oigo el móvil, llamé al xxxx, donde siempre equivocan mi apellido y nuevamente me hacen despreocuparme porque estaba dado de baja. Pero un día leo en la factura que me han cobrado 6 euros más IVA en concepto de seguro de mi aparato. Encendida como la pantalla del móvil me voy al distribuidor que me comenta que no puede hacer nada, que llame al xxxx, llamo inmediatamente con el tono más alto de mi voz y después de equivocarse nuevamente con mi apellido, me dicen que como yo no lo he dado de baja, ni he llamado (no les consta ninguna llamada), tengo que estar un año obligatoriamente con este seguro hasta el año siguiente… No me lo termino de creer. Emails, llamadas, reclamaciones y una sentencia del departamento oportuno: “Señora (esta vez no se equivocan con mi apellido) no nos consta que lo haya dado de baja, por tanto tiene que estar obligatoriamente con su seguro de móvil un año”.
Después de utilizadas todas mis técnicas de relajación, el arsenal de tilas y mis paseos, llegué a serenarme y me ocurrió, que en uno de estos paseos, inconscientemente, se me cae el móvil al suelo y se rompe la pantalla a trocitos muy pequeños. Ahhhhhh. ¡Tengo un seguro! Jaja. Inmediatamete visito al distribuidor, que ya me conoce y me arreglan el móvil en una semana. Casi hasta nos reimos juntos, aunque estábamos bastante distantes después de tantas disputas. Por supuesto al año di de baja el seguro.
Desde entonces, este móvil se convirtió en mi tesoro, pero ya, con el paso del tiempo, dejó de estar en condiciones. La pantalla táctil no me hacía caso y no iba a mi ritmo, llamaba él solito, con plena autonomía, a la gente a las dos de la madrugada, pasaba mensajes en blanco en cualquier momento. Os podéis imaginar los sustos y el “perdona, es que mi móvil llama solo…”. Claro, claro que tenía que cambiarlo, pero ayer sin ir más lejos dije: “ahora no regalan móviles y no pienso invertir ni un euro en este ni en otro móvil”.
Así que esta mañana, me he levantado sin más y he metido el móvil en la lavadora. No, conscientemente no, es otra trampilla del inconsciente. Estaba cambiando las sábanas de la cama y se ha colado dentro. Me he dado cuenta a los pocos minutos, porque no encontraba el móvil por ningún sitio y, al llamar desde el fijo para ver dónde estaba (que me pasa bastante a menudo), oigo que suena desde dentro de la lavadora. Menos mal que estas lavadoras modernas dejan cortar el lavado a medias y lo he podido sacar, pero los daños son irreversibles.