En los caminos de A Rúa, en Ourense, hay trampas minuciosamente preparadas para provocar un accidente. Y son ellos, los ciclistas a quienes está destinada. Tres varas como ésta fueron colocadas en una pista forestal de los montes de Roblido, en el término municipal de A Rúa, una ruta frecuentada por las bicicletas todoterreno. El presidente del Club de BTT Jabalíes de a Rúa, Santiago Pimentel, nos cuenta que cuando bajan de una pendiente del 26% de desnivel, llega la curva y les ponen los palos con la idea de que se vayan fuera de la carretera. El autor o autores se tomaron la molestia de clavar cuidadosamente cientos de puntas y de semienterrar las varas para hacerlas pasar desapercibidas. "La forma de las puntas y en la zona en la que estaba puesta es para hacer el máximo daño posible", nos cuentan. Unos obstáculos que, en descensos de hasta 80 kms/h junto a barrancos de vértigo, pueden ser fatales y que los ciclistas definen como "un acto criminal". Y no son las únicas trampas localizadas en los montes de esta comarca ourensana de Valdeorras. Otras, más sencillas, pueden resultar también muy peligrosas. Ciclistas de toda Galicia se vuelcan en los actos de protesta organizados por los distintos clubes, para tratar de frenar lo que parece una práctica cada vez más extendida. "Las primeras noticias que tengo ya fue hace año y medio en Ferrol, y después también aparecieron en Lugo", recuerda un ciclista. La Guardia Civil está investigando el último capítulo de lo que parece ya una guerra sin cuartel contra este deporte.
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