Mañana se reunirá en Suzhou, en el Sudeste de la China, el consejo mundial del ITER (International Thermonuclear Experimental Reactor) para aprobar una profunda revisión de su presupuesto que se ha doblado, pasando de los 7.000 millones de euros iniciales a cerca de los 15.000 millones según confirmó Frank Briscoe, el director de la agencia europea Fusion for Energy, el organismo que gestiona las contribuciones europeas y que tiene su sede central en Barcelona.
El ITER es un tratado internacional firmado por seis socios (Unión Europea, Estados Unidos, Rusia, Japón, Corea del Sur y China) en 2006 para estudiar la viabilidad de la fusión nuclear. Para ello se están construyendo unas instalaciones en Caradache (Francia) que deberán estar operativas en 2019 y donde se experimentará el confinamiento magnético (técnica para conseguir la fusión) de manera que pueda ser rentable y que permita a sus socios construir posteriormente centrales nucleares en sus territorios bajo este sistema, mucho más seguro que la fisión nuclear.
La reunión es crucial ya que de ella saldrá el compromiso para que el proyecto siga en marcha y a buen ritmo. La UE se ha comprometido a aportar el 45% del total, lo cual en la situación de crisis actual se hace difícil. De hecho, Briscoe reconoce que a la UE le faltan 1.400 millones para seguir adelante. Quizás esa sea una de las razones para la sustitución del actual director general del Iter, el japonés Kaname Ikeda que fue nombrado en 2007 para cinco años, por otro japonés, Osamu Motojima, que será nominalmente elegido esta misma semana.
Uno de los cambios energéticos más contundentes que se producirá a partir de la segunda mitad del siglo es la comercialización de energía eléctrica proveniente del hidrógeno a través de centrales nucleares de fusión. Para ello se creó hace unos años el ITER y su reactor experimental, el mayor proyecto científico y tecnológico del mundo en busca de una fuente de energía segura, limpia e inagotable.
Para el español que más sabe de fusión nuclear en el mundo, el físico Carlos Alejaldre, director general adjunto del proyecto internacional, el ITER no pretende demostrar la viabilidad científica y tecnológica de la fusión que ya se ha probado “sino su viabilidad económica” afirma para concluir que “los costes no se han disparado. Lo que pasa es que el proyecto se ha vuelto más ambicioso y ha crecido”.
Revista Economía
Transcendental reunión sobre el futuro del ITER en China
Publicado el 15 junio 2010 por Quim @Quim_MarquesSus últimos artículos
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