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La reacción normal frente a la muerte de alguien es la conocida por todos: llanto y funeral, tristeza y desesperación, todo adornado de fondo con la pertinente religión que se practique; pero hay otras maneras de enfrentarse a ello, como por ejemplo en la India, donde creen en la reencarnación y no se lo toman tan a pecho, incinerando los cadáveres con una cierta parsimonia e indiferencia; o en aquel rincón del Tibet donde envuelven los cadáveres en gasas y los llevan a un monte para que sirvan de alimento a las alimañas carroñeras. O recordemos aquella historia (ficticia o no) de la película japonesa “La Balada de Narayama”, donde se acompaña a los ancianos próximos a morir a cierta montaña, donde se les abandona para que mueran en paz. O también aquella novela de Aldous Huxley titulada “Un Mundo Feliz”, donde la gente se tiraba voluntariamente a una especie de pozo durante un ritual, al cumplir los cincuenta años de edad, y así de paso no sufrían ni siquiera los achaques de la vejez. Por mi parte, una de las escenas más conmovedoras y convincentes sobre la temática de la muerte es la retratada por el cineasta nipón Akira Kurosawa en su película “Sueños” de 1990, la escena de la conversación entre un viejo aldeano y un turista, donde el primero le habla sobre la muerte y de paso se disculpa porque tiene que asistir a un funeral, el de la primera mujer que amó, se oye música a lo lejos y en la comitiva vemos niños lanzando pétalos de flores, una banda tocando una alegre melodía y bailarines ataviados con ropas de colores vivos y brillantes, todo un despliegue de alegría y vida para despedir a la muerte, ¿hay algo mejor?...
Ah! se me olvidaba, todo esto venía a cuento porque hoy a eso de las 13:00 ha muerto mi madre, estaba en el hospital desde hacía varios días e iba agonizando, y hoy por fin la hemos despedido, obviamente que no conseguí mi reto estoicista, puesto que ya me derrumbé un día en el hospital, y hoy de nuevo otra vez, pero ahora ya estoy más tranquilo, se ha ido en un día primaveral, todo está lleno de sol y flores, pájaros cantando e insectos volando; además se ha ido en paz, dormida, sin darse cuenta... Es lo que hay que hacer: pasar por aquí como simples transeúntes...
42.Yeshúa dice: Haceos transeúntes...
Evangelio copto de Dídimo Judas Tomás
MMXI = XIM+M