Joe Lemonge, varón trans de la ciudad de Santa Elena (Municipalidad de Santa Elena), Entre Ríos, Argentina, fue hostigado por tres personas principalmente por motivo de su identidad de género.
En octubre de 2016, la tercera de estas agresiones se produjo en su propia vivienda de condición humilde.
Joe, estando su familia dentro del hogar y sintiéndose en peligro, se defendio. En la desesperación el único medio que encontró, fue disparar contra una de estas personas, a la que levemente hirió.
Para peor, tras la denuncia policial del hecho, en venganza por una situación de legítima defensa, sus hostigadores frecuentes prendieron fuego a su casa. Esto hizo que perdiera lo poco que tenía y acrecentara su vulnerabilidad social y económica.
La desafortunada sucesión de hechos marcó un antes y un después en la vida de Joe.
Joe, sin recursos económicos ni habitacionales, fue sometido a un proceso signado por la transfobia que sufren los cuerpos disidentes, la discriminación en su lugar de origen, y sin ningun tipo de acompañamiento terapéutico, asistencia, o ayuda. A la fecha, la justicia de Entre Ríos lo está juzgando por el delito de “Tentativa de Homicidio”, debiendo cargar con una posible pena que supera los cuatro años de cárcel.
La defensa contra ataques repetidos no puede ser tratada por la justicia como una agresión.
Las personas trans tienen igual derecho a trato digno en todo contexto
“Estoy acá solo con mi mamá. En el pueblo no tengo casi amigos, es muy terrible vivir aquí. Además el fiscal puso como agravante que soy una persona culta, con estudios y que eso hizo que tuviera conocimiento de lo que hice”, dijo Joe, al salir de la audiencia del miércoles 25. Está en prisión domiciliaria y espera su sentencia para el 4 de mayo.
“Es muy parecido al caso de Higui y de hecho estos casos en el interior del país son muy comunes pero nadie se entera. Lo detienen a él y lo imputan por: “tentativa de homicidio” en lugar de “lesiones” o “legítima defensa”. Cuando estuvo detenido, los agresores le detonaron la casa. Ellos ahora están libres y uno es considerado la víctima del proceso. Y a Joe, como no hizo el cambio registral, en la Justicia lo tratan en femenino”, dijo Alejandro Mamaní, de la organización Abosex, a quienes les llegó la historia de Joe hace un mes y lo están asesorando legalmente.
Caso “Higui”
A Eva Analía “Higui” de Jesús se la acusa de homicidio simple por haberse defendido de una patota de varones que la atacó sexualmente por ser lesbiana y haber matado a uno de ellos. Ocurrió en el pasillo de una vivienda del barrio de Mariló, San Miguel, el 16 de octubre de 2016. Higui, de 42 años, estuvo presa ocho meses hasta que organizaciones de derechos humanos lograron que la sacaran del penal de Magdalena para que esperara el juicio en libertad.
Joe pide ayuda a todos
“Por las características de este caso, el juicio va a ser express, porque si no se visibiliza nadie va a hacer nada”. El acoso hacia las personas LGBT y en particular a las personas trans es permanente. Y si denuncian, como fue el caso de Joe en su momento, la Policía no los escucha”, agregó Mamaní
“No lo hicieron al voleo, era la cuarta vez que lo hacían. Siempre me agredieron, primero por homosexual y después por hombre trans, aún más. Yo había intentado denunciarlos pero como la Justicia es transfóbica nunca tomaron mis denuncias. Esa noche el sujeto me hirió y yo desesperado simplemente intenté defenderme. Le disparé pero nada de lo que pude haberle hecho es comparable a lo que me pasó a mí. Fui detenido e imputado por “tentativa de homicidio”. El 3 de diciembre a la madrugada, el mismo hombre que atacó prendió fuego mi casa. Ya en bancarrota, perdí todo, mi trabajo, mis estudios. Mi familia quedó en ruinas. Ya no sé qué más hacer. Acudí a Abogados por los Derechos Sexuales para que me orienten. Hoy fue el primer día del juicio. Basta de transfobia. Defenderse no es delito”
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