"La avaricia es de naturaleza tan ruin y perversa que nunca consigue calmar su afán: después de comer tiene más hambre." Dante Alighieri.
La avaricia es esa ansia de acumular riqueza, perdiendo de vista las necesidades de los demás, incluso de la familia. No es ahorrar para prevenir posibles periodos de carencia, sino amontonar riqueza. Es vivir pobre para morir rico. Esta adicción a juntar dinero, trae consigo toda una serie de consecuencias negativas. El avaro se convierte en una persona tacaña, mezquina, desconfiada, no disfruta de la vida, se encierra en su torre de oro, se relaciona poco y mal con los demás. Está tan ocupado gestionando su riqueza, que se olvida de vivir. Gurdjieff dice que rechacemos este estado y lo cambiemos por el respeto a la belleza. Yo diría que cambiemos la avaricia por el disfrute de la vida y toda la belleza que contiene. Seamos conscientes de cada momento que tenemos, saboreemos cada experiencia, disfrutemos el instante. No es necesario ser rico para disfrutar de un paseo por el campo, para reír con nuestros amigos, para saborear un huevo frito. En todo esto hay una belleza absoluta. El consejo 43 de Gurdjieff a su hija fue:
Transforma tu avaricia en respeto por la belleza