Para estas cajoneras de Ikea hay mil ideas por internet, aunque yo simplemente he aplicado un par de capitas de diferentes colores en los frontales de los cajones y pegado unas mariposas.
La misma mariposa he usado para decorar este pequeño mueble, cuya tapa pinté en azul, estructura en blanco y pomitos en diferentes colores.
Otro día se me ocurrió darle una manita a una pequeña silla que debe tener cerca de 100 años. Yo la recuerdo en mi casa de siempre, pintada en color rojo. Mi padre a su vez la recuerda también de siempre, con lo cual, sumando siempres, es una silla ancianita. Recuerdo que el asiento se restauró alguna vez y desde hace un par de décadas lucía blanquita, fruto de otro día en que también se me ocurrió coger la brocha.
Un rosa muy suavito es el color que elegí.
La transformación más llamativa es la de un par de mesillas de noche de carácter provenzal en las que he combinado blanco, rosa y azul.Son dos mesillas iguales, aunque solo haya fotografiado una, otro día os enseño el conjunto completo.
Y como aún me quedaba alguna cajita de fresas por ahí, eché un ratito más en combinarla con verde y rosa, y pegar un papelito mono en la base.
Muchísimas gracias por vuestra compañía.