Año: 2011
Género: Acción.
País: Estados Unidos.
Duración: 157 minutos.
Dirección: Michael Bay.
Intérpretes: Shia LaBeouf, Rosie Huntington-Whiteley, Josh Duhamel, Tyrese Gibson, John Turturro, Patrick Dempsey, Frances McDormand, John Malkovich.
"Cuando un misterioso evento del pasado de la Tierra resurge en pleno presente, los Autobots necesitarán más que la ayuda del joven Sam Witwicky para desbaratar una guerra tan grande que amenaza con hacer sucumbir al planeta entero."
Digan lo que digan, Michael Bay es una persona que puede aprender de sus errores; tras la abominable Revenge of the Fallen, Bay ha aceptado todas las críticas constructivas (la millonada que hizo la película nunca está de más...) y, mal que mal, ha evolucionado. Transfomers 3 sigue teniendo los mismos problemas y aciertos que sus predecesoras, pero algo ha cambiado, y si bien las escenas de acción han sido elevadas y el simple calificativo impresionante se queda corto, el sector comedia, que tan apabullante resultó en la anterior entrega, ha mermado lo suficiente como para que la película sea una de acción y no una comedia de alto caché.
Podemos comenzar diciendo que la promocionada cruza entre historia americana y ficción se logran perfectamente en la introducción de la película, en la cual la historia del Apollo XI y la dle planeta Cybertron se mezclan convincentemente para lograr un prólogo lleno de misterio, que sirve como plato principal antes de que los títulos mecanizados den lugar al primoroso trasero de la fémina de turno, Rose Huntington-Whiteley: Michael, se nota, no pierde las costumbres jamás.
Y es que Michael podrá haber subsanado los errores guionados de la anterior entrega, pero igualmente, su escritor estrella Ehren Kruger ha sido atenuado casi completamente, pero todavía deja entrever que todavían le fallan algunos tornillos; basta ver entonces la ridícula escena del insufrible Ken Jeong, al que le siguen inflando los humos de comediante cuando es paupérrimo, y aporta poco y nada al enrevesado esquema de esta nueva entrega.
Lo que se proponía como un gran guión alejado un poco de los lugares comunes de las anteriores dos cae a medio camino entre lo gracioso (por suert, dejamos un poco de lado lo patético) y lo serio de la inminente invasión cibertrónica que sobrevuela la ciudad de Detroit, en este caso, además de extenderse por unas largas y, en momentos, cansinas dos horas y media de metraje, de las cuales los últimos 45 minutos son los que brillan con verdadero fulgor.
Puede que tome un poco de tiempo desarrollar a los personajes, pero a la gran mayoría ya los conocemos y sabemos su historia, y los nuevos apenas se esfuerzan por encajar lo mejor posible, a veces sin mayor repercusión: desde la extraña adición del talentoso John Malkovich en lo que se podría describir como un cameo gracioso, pasando por el curioso Alan Tudyk y su Dutch y el porte de Patrick Dempsey, hasta llegar a la imperiosa Charlotte Mearing de Frances McDormand (que extraña sus gloriosos días en Fargo), no hay mucho que se puede decir de ellos además de acotar que están más que controlados en sus roles secundarios.
Vale destacar el mayor cambio en esta entrega, y es el enroque de Megan Fox por la escultural Rosie Huntington-Whiteley: a favor de ella hay que decir que se la nota con más química hacia Shia LaBeouf (quién ha subido un escalafón más con las dramáticas escenas que intepreta aquí) que la susodicha Fox; aunque no podemos hablar de una química absoluta, sí el papel de Rosie tiene tintes más relevantes que la casi sin mencionar Mikaela Banes, y le otorga la cualidad de 'damisela en peligro' que el personaje de Megan Fox casi no tuvo.
Si hasta ahora veníamos con claroscuros con respecto a la trama, el guión y el elenco, el punto que hace que (casi) olvidemos todo lo demás es la acción: digan lo que digan, Michael Fox está en plena forma y creo que nunca el choque de chatarra contra más chatarra lució tan bien en pantalla, y eso que es todo en 3D, lo cual generaría más confusión en la cabeza del espectador. Una vez que el grupo comando llega a la ciudad en plena destrucció masiva, la acción no da tregua y no se detiene nunca. Exceptuando algunas licencias en el guión (algunos momentos pecan de demasiada coincidencia) el ida y vuelta entre los Autobots y los Decepticons son geniales, no son (tan) confusos como antes y tienen la suficiente acción para dejar pasmados a más de uno en sus butacas.
Tenía mis dudas con respecto al 3D, pero Bay lo ha integrado perfectamente a la película y si bien están los momentos en los que los objetos vuelan a la cara del espectador, son más bien pocos y el enfoque está dado en la profundidad de los detalles de la batalla, y los escenarios, que lucen los efectos computarizados con un realismo pasmoso.
No tan satisfactoria como la primera entrega, pero definitivamente superior a la segunda, Transformers 3 es puro gozo visual, un desperdicio absoluto de neuronas que posiciona nuevamente a Michael Bay como uno de los directores que más sabe en lo que se refiere a cine pochoclero. Dos pulgares arriba por el magnífico uso correcto del 3D.
Calificación: B+