Revista Salud y Bienestar

Transiciones

Por Pedsocial @Pedsocial

TransicionesUn par de semanas iniciado el curso escolar se recogen las impresiones de los colectivos de escolares que cambian de ciclo educativo: de Prescolar a Primaria, de Primaria al Instituto, a la ESO, y el salto final al bachillerato.Y también de los enseñantes y de sus familias.

Como todas las transiciones tienen una duración más o menos breve (algunas que yo me sé, parece que son eternas) pueden concentrar en períodos de días toda una suerte de percepciones, emociones, reacciones y sus consecuencias, susceptibles de alterar ciertos equilibrios. Como se trata de realidades con definición cronológica, con fecha concreta, debemos recordar de los niños, que en su crecimiento y desarrollo, por definición, no son todos iguales. Desde luego ni siquiere cronológicamente. De hecho hay todo un año de diferencia entre los que sean nacidos en septiembre,al comienzo del año escolar y los nacidos en el agosto anterior. Y eso se nota, y mucho, especialmente en las de los más pequeños. Pero es que, además, el crecimiento, el desarrollo y su consecuencia: la maduración, no son nunca homogéneos para todas las cohortes de niños. Los hay que evolucionan a un ritmo, mientras otros lo hacen a otro más rápido o mucho más lento. Y eso, además, es cierto para los distintos componentes tanto del desarrollo físico como del mental y emocional. Así como las diferencias de las circunstancias de cada niño en su ámbito familiar, si tiene o no hermanos mayores, si cambia de un entorno urbano a otro, etc.

Algunos sistemas educativos promueven que la enseñanza se realice de forma continuada en un mismo centro durante todos los ciclos. Tal es la práctica de las escuelas confesionales privadas o subvencionadas, que así lo hacen. En la enseñanza pública se van realizando experiencias en los llamados Instituto-escuela, recogiendo la denominación de la famosa experiencia educacional de principios del siglo pasado promovida por la Institución Libre de Enseñanza. Ello todavía con un cierto carácter experimental, ya que el sistema educativo español contempla que los cambios de ciclo comporten cambios de centro educativo.

Seguro que se pueden encontrar partidarios entusiastas y detractores encendidos de uno u otro sistema, tanto entre los enseñantes como entre las propias familias. Lo que piensen los pedagogos lo dejamos para que lo diriman ellos. Lo que sería más interesante fuera conocer la opinión de los protagonistas, los niños, pero los estudios de opinión infantiles, si ya los estudios de opinión en general adolecen de palpables elementos de distorsión, pueden resultar difíciles de interpretar.

La aparición de cierta sintomatología entre los que llegan a los términos de transición educativa, puede que sean llevados a la atención de pediatras y psicólogos, a veces sin que se les ocurra considerar una relación causa-efecto de los estresores de las mencionadas transiciones. Se debe por tanto incluir en la encuesta de evaluación esas realidades para valorarlas en su justo término. Pero, sobre todo, preguntar a los propios niños, a cada niño, ya sean prescolares de 5 años, o adolescentes de 12 o 16.

Como toda la “patología” que tiene que ver con la cronologia circunstancial, tiene en el paso del tiempo su más eficaz remedio.

X. Allué (Editor)


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