Que la vida sea un proceso evolutivo para los seres vivos , concretamente, para los humanos, es un determinante de que el estado de salud también evolucione con la edad. Los pediatras somos especialmente sensibles a considerar el parámetro edad en nuestra evaluación de la salud de los niños por lo notables que son los cambios que se producen en la biología durante el período infantil. A la hora de planificar la mejor atención a la salud, lo ideal es que, en cada edad, la gente reciba la atención médica, sanitaria y social apropiada para su grupo concreto.
Algunos momentos son críticos por asignarse los cuidados y la atención a profsionales distintos a partir de ellos. Tal es la transición de la infancia-adolescencia a la vida adulta. Lo que pueda parecer un simple cambio administrativo o, si se quiere, profesional, tiene una especial trascendencia cuando se trate de individuos que han precisado atención médica específica por problemas que van a seguir presentes, como ocurre en enfermedads crónicas infantiles.
Muchos servicios pediátricos retienen adultos jóvenes con patología crónica seria bajo su tutela varios años después. Tal sucede con afectos de Diabetes juvenil, Fibrosis quística, Asma, Cardiopatías congénitas, operadas o no, encefalopatías diversas y otras más. No es raro ver ingresados en servicios pediátricos adultos jóvenes con esas dolencias.
De lo que se trata es procurar que esa transición sea lo más eficaz y ordenada posible Y para ello es preciso planificarla adecuadamente. Tal proceso incluye garantizar que los servicios de atención médica de mayor calidad y los más adecuados, estén disponibles de manera ininterrumpida a medida que el paciente pasa de la adolescencia a la edad adulta. Una transición oportuna del cuidado de la salud orientado a niños a adultos debe ser específica para cada individuo comprendido entre las edades de 18 y 21 años. Una buena coordinación de las responsabilidades del paciente, las de la familia y la del sistema asistencial, debe permitir a los jóvenes optimizar su capacidad para asumir los roles y las actividades de adultos.
Publicado hace unos años por la Amercian Academy of Pediatrics, el informe Supporting the Health Care Transition from Adolescence to Adulthood in the Medical Home representa la opinión de expertos y el consenso sobre la implementación de la transición basada en la práctica para todos los jóvenes a partir de la adolescencia temprana. Proporciona una estructura para la capacitación y la educación continua para comprender mejor la naturaleza de la transición de los adolescentes y la mejor manera de apoyarla. Se anima a los médicos de atención primaria, enfermeros/as y otros profesionales y personal aliado, así como a los médicos de las especialidades concretas, a que adopten estos materiales y hagan que este proceso sea específico para los entornos y poblaciones atendidas.
Esta semana, la revista Pediatrics publica una revisión y actualización disponible en Pediatrics. 2018 Nov;142(5). pii: e20182587. doi: 10.1542/peds.2018-2587. Epub 2018 Oct 22.
Para ser tenido muy en cuenta.
X. Allué (Editor)