Te eutanasio, pero antes te saco los órganos. Esta
es la terrible propuesta de unos investigadores holandeses.
La idea es que se elimine la norma que establece que sólo se pueden
extraer órganos para donación de personas fallecidas, y que se puedan
extraer de aquellos que hayan solicitado el suicidio asistido porque
“los órganos frescos mejorarían las posibilidades de que el trasplante
tenga éxito”.
Una propuesta escalofriante que ha contado con la complacencia de la prestigiosa revista científica Journal of Medical Ethics. Supera cualquier guión de cine de terror.