Los beneficios para la salud de la actividad física son bien conocidos. Sin embargo en los países más ricos el estilo de vida es cada vez más sedentario. Esta inactividad física se ha convertido en el cuarto mayor riesgo de muerte prematura. La disminución de la movilidad activa de los ciudadanos contribuye a una disminución de la actividad física de la población, hecho que propicia un aumento de los casos de obesidad. Desplazarse al trabajo utilizando un medio de transporte activo, es decir, utilizando los transportes públicos, caminado o en bicicleta, es muy recomendable y así lo aconseja el National Institute for Health and Care Excellence (NICE) británico. Para esta entidad sanitaria, utilizar un medio de transporte activo es una forma muy sencilla de incorporar la actividad física al día a día.
En 2011 se censaron 23,7 millones de personas entre Inglaterra y Gales que utilizaban medios de transporte activos, cifra que supone más del 50% de la población en edad de trabajar. No obstante, en el Reino Unido el transporte más utilizado sigue siendo el vehículo particular motorizado con un total del 67% de todos los desplazamientos, seguido por el transporte público (18%), la marcha a pie (11%) y por último la bicicleta con un 3%.
Dos recientes estudios científicos llevados a cabo en Inglaterra demuestran que aquellos ciudadanos que se desplazan a pie, en bicicleta o que utilizan el transporte público se encuentran en mucho mejor estado físico y gozan de mayor felicidad que quienes se desplazan en automóvil particular.
Según el British Medical Journal, los ciudadanos que utilizan el servicio de transporte público, caminan o van en bicicleta, muestran un menor índice de masa corporal (IMC) que aquellos que se desplazan con su medio motorizado particular. En general quienes utilizan medios de transporte limpios pesan una media de tres kilos menos.
Esta investigación, llevada a cabo por la “London School of Hygiene and Tropical Medicine”, se realizó tomando muestras de 7.500 usuarios de los transportes públicos cuyo IMC se comparó con el modo de transporte utilizado. Los resultados revelan que los ciudadanos más esbeltos son aquellos que usan los transportes públicos o se desplazan de forma activa.
Otro estudio similar, realizado por investigadores de la Universidad de East Anglia y que estudió a 18.000 usuarios de los transportes públicos, se enfocó en los problemas de sueño, en la capacidad de superar sus problemas cotidianos y su bienestar. Sin tener en cuenta otros factores como el sueldo ni la situación familiar, los resultados mostraron que cuanto más tiempo se pasa en el vehículo particular camino del trabajo, se es menos feliz. Esta felicidad aumenta en proporción directa al uso de la bicicleta y a la marcha a pie.
Los resultados de estos dos estudios británicos ejercen una lógica presión sobre los poderes públicos para que estos aumenten la inversión en las infraestructuras de transporte público y la bicicleta. Una población que camine más y que use más la bicicleta como medio de transporte cotidiano es una población más saludable que contribuye a lograr un mejor ambiente en las ciudades además de reducir los consiguientes costes sanitarios y laborales.
Fuente
Understanding Society