Este Thriller de viaje a lo hitchcock de Brad Anderson, tiene mucha forma pero poco nervio.
Una pareja de norteamericanos viaja de China a Rusia por el famoso expreso Transiberiano que atraviesa el norte de Asia, cubriendo un amplio trayecto entre Japón y Rusia. Son Roy (Woody Harrelson) y Jessie (Emily Mortimer). El hombre es un bonachón y básico mochilero que disfruta los viajes sencillos mientras su mujer, mucho más compleja, toma fotografías como hobby.
En el camino conocen a una "sospechosa" pareja, el tipo es un español sombrío (Eduardo Noriega) que desde el principio se intuye, no trae buenas intenciones, aunque los desprevenidos protagonistas no lo perciban. Su novia, todavía más rara (Kate Mara) es tan silenciosa que modula pacas palabras en los momentos en que socializan.
Más adelante, el atractivo Carlos, resulta ser un nacotraficante (sorprendente) y trabaja para la temida mafia rusa que se apoya en un policía corrupto (vaya novedad) (Ben Kingsley).
Aunque por momentos es entretenida, pronto todo lo que viene es tan telegrafiado y absurdo, que la historia se va perdiendo hasta desaparecer como su protagonista en las nieves de la estepa rusa.
Emily Mortimer salva parte del metraje con su matizada interpretación del personaje más interesante del film. Una mujer en busca de sí misma que carga con una mentira que se le crece como una avalancha y a la que le atraen los tipos malos, los instantes fotográficos y los íconos ortodoxos.Eduardo Noriega es plano y poco convincente. Su paso por el cine internacional ha sido desafortunado en gran medida.Ben Kingsley es un malo al que ya le hemos visto. A-b-u-r-r-i-d-o.A Woody Harrelson se le nota demasiado el bisoñé.El alemán Thomas Kretschmann es un secuaz silencioso y a punto de estallar a cada instante.