Revista Salud y Bienestar

Trapicheos

Por Pedsocial @Pedsocial

ConcertaTrapiche en América es un molino. En este lado del agua se usa trapicheo para denominar el comercio de menudeo: comprar una cantidad y luego distribuirla comercialmente en cantidades pequeñas. En los últimos tiempos su uso se ha referido, esencialmente, a la compra y venta de substancias psicoactivas ilegales. O sea las drogas que trafican los “camellos“. ¿Sabemos de qué estamos hablando?

Un ámbito donde el trapicheo “campa por sus respetos“, esa ininteligible expresión antigua que quiere decir que está por todas partes, es en las escuelas. Y también básicamente, entre los escolares. Es un tema de menores de edad. Y, que yo sepa, no suele figurar en el aprendizaje de educadores y pediatras como una realidad.

Pues bueno, que quede constancia: existe. Es común. En todas partes: escuelas públicas, privadas, confesionales, de niños, de niñas, rurales o urbanas, en zonas de juego, gimnasios, estadios deportivos, parques, playas, salas de fiestas o cualquier otro lugar donde se junte gente joven. Y si no lo vemos es porque no miramos.

Pues el Journal of Pediatric Psychology nos aporta en un artículo reciente de un grupo de la universidad de Michigan que comenta Lisa Rapaport en Medscape, desde la agencia de noticias Reuters. Con el título de ADHD Drugs May Be a Prescription for Bullying, se relaciona el trapicheo de la medicación para el TDAH con el acoso escolar (bullying). O sea que no es ya el trapicheo de psicofármacos ilegales de uso recreativo, sino que fármacos con una indicación precisa pasan a formar parte de la cadena de la ilegalidad por su efecto estimulante y se negocian para evitar los acosos y la violencia.

De manera que se recomienda una vigilancia sobre el destino de los fármacos prescritos entre adolescentes y su utilización. Una responsabilidad de los padres, como siempre, pero también de educadores y médicos prescriptores.

X. Allué (Editor)


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