Revista Opinión

Tras Plutón y más allá

Publicado el 10 agosto 2015 por Daniel Guerrero Bonet


Tras Plutón y más allá

Plutón

Plutón era el último planeta de nuestro Sistema Solar. Eso aprendimos de niños. Era, nos enseñaron entonces, el planeta más alejado y pequeño de cuantos giran alrededor del Sol, un punto invisible, incluso para los telescopios, perdido en la inmensidad del espacio. A una distancia de 5.760 millones de kilómetros, está 40 veces más lejos del Sol que la Tierra. Pero hasta allá la NASA ha enviado una nave espacial que ha tardado nueve años y medio en recorrer esa distancia y ha podido pasar a sólo 12.000 kilómetros, casi rozando, del desconocido y lejano Plutón. La nave, denominada New Horizons, había iniciado su viaje en 2006 y el pasado 14 de julio alcanzó esos “nuevos horizontes” de su objetivo, pudiendo tomar fotografías nítidas y cercanas de la superficie del misterioso planeta y sus lunas, en particular, la más grande: Caronte. Y al cartografíar su superficie se ha descubierto que Plutón es 80 kilómetros más ancho y tiene 2.370 kilómetros más de diámetro de lo que se suponía. Ello no modifica la decisión de la Unión Astronómica Internacional, que lo había reclasificado como un planeta enano, prácticamente un gran peñasco sin tamaño suficiente para acceder a la división de planetas, orbitando en los confines del Sistema Solar. Pero no por ello carecía de interés.

Tras Plutón y más allá

Montañas de hielo de Plutón

La nave enviada al encuentro de Plutón, un cajón de 70 centímetros de alto y dos metros de largo por dos de ancho y un peso de 478 kilos de peso, llevaba un impulso que le confería una velocidad de 14 kilómetros por segundo, lo que suponía no poder ponerse en órbita del planeta al carecer de motores y combustible para el frenado. Pasó de largo con rumbo directo al Cinturón de Kuiper, una zona desconocida en los arrabales del sistema planetario en la que flotan los materiales de las “construcciones planetarias”, según la NASA, y de donde parten y se producen los cometas, como el que nos visita cada 75 años: el cometa Halley.



Tras Plutón y más allá

Caronte, luna de Plutón

Pero pasar de largo no ha sido ningún fracaso, sino toda una hazaña que ha permitido obtener imágenes inéditas y cercanas de Plutón, mientras la nave “sobrevolaba” el planeta. Imágenes que han deparado muchas sorpresas y una cantidad ingente de información que mantendrá a los científicos ocupados durante meses y años. Por de pronto, ya se constatado que en Plutón hay montañas heladas, con picos de más de 3.500 metros de altura, y bastante menos cráteres de lo que se esperaba, lo que induce a pensar que esas formaciones, medidas en tiempo geológico, son muy jóvenes, aunque se ignore qué fuerzas o fenómenos las han producido. También han sorprendido los hallazgos en Caronte, su luna principal. Según el divulgador Daniel Marín, el casquete polar oscuro que presenta esa luna es, al parecer, una enorme depresión, quizás producida por algún impacto. Al mismo tiempo, se ha descubierto un enorme complejo de cañones de más de mil kilómetros de longitud y con una profundidad de entre siete y nueve kilómetros. Todos estos hallazgos no hacen sino aumentar los misterios y la fascinación que rodean a Plutón y sus lunas. Todo un reto para la ciencia. 
Tras Plutón y más allá
Y es que el éxito de la misión de la nave New Horizons ha sido, desde cualquier punto de vista, absoluto, al ser la primera sonda que consigue llegar al lejano Plutón y más allá. Gracias a ella se ha podido completar la visita y exploración de todos los planetas principales de nuestro Sistema Solar. Para el investigador principal de la misión, Alan Stern, “esto es exploración en esencia”, lo que posibilitará que se conozca Plutón como nunca antes se ha hecho y que los datos aportados por los instrumentos de la nave desvelen la historia del planeta enano y sus lunas. Una tarea que ha estado cumpliendo escrupulosamente hasta el pasado 20 de julio, cuando la nave suspendió la retransmisión de fotografías para seguir su viaje más allá de Plutón. Se confía, no obstante, que a mediados de septiembre vuelva a reanudar la comunicación y envíe nuevas imágines sorprendentes de lo que hasta ahora era un misterio, ese objeto que no es un planeta pero tampoco un asteroide: Plutón

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