Revista En Femenino

Trastadas que no sabes si reír o llorar

Por Padresenpanales @Padresenpanales

Los niños SON niños. Están descubriendo, explorando… Y por eso hacen todo lo que hacen, aunque muchas cosas no sean las normales bajo nuestro punto de vista de adultos o padres.

Hay días que esas cosas te hacen gracia, y ves el mundo desde sus ojos, como si fuera la primera vez, pero otras veces, o depende del hecho o situación gruñes y te enfadas.

Y es que hacen trastadas y travesuras muchas veces graciosas.

Os voy a contar algunas de las últimas trastadas de estos pilluelos. “Los tatitos” como dice la beba cuando se van juntos en dirección contraria a lo que yo les digo.

Crema de arena

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El arenero le encanta (de hecho muchos días ni lo abro porque se ponen perdidos). Le gusta quitarse zapatos y calcetines y empezar a jugar. Hasta que llega el punto de que toma la arena como crema hidrantante y se la empieza a echar por las piernas. Hasta ahí bien, lo malo es cuando se la echa por la tripa, cara, brazos…. y también a su hermano. Que momentazos….

Papel higiénico perrito

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¿Yo? ¿Con esta cara de buena que tengo?

Es una maravilla cuando ella sola va al baño, y tú no tienes que insistir en que vaya, ni supervisar. Pero no supervisar tiene su riesgo. Y es que he llegado a verla salir del baño con “su perrito”. Un rollo de papel higiénico extendiéndose por toda la casa. Otras veces lo hace pero sin salir del baño, o intentando ponérselo a modo momia.

Fuera de casa me meo de la risa

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La beba es de las bajitas de su edad y las manetas de las puertas de mi casa deben estar algo altas, por lo que hasta hace bien poco no llegaba ni tenía intención de abrir puertas. Pero ay cuando lo ha descubierto. Yo ya me veía venir que algún día me dejaría fuera. Pues bien, han sido dos días. (y no hay dos sin tres…ya veremos).

Primer día, estamos en la terraza, se enfada y se mete dentro de casa, cerrando la puerta de la cocina de un portazo y bajando la maneta. Mira que lo vi venir y me levanté rápido, pero nada de nada. No llegué a tiempo, el enano y yo nos quedamos fuera. La llamaba que me abriera y me miraba desafiante. Se fue al salón (yo la veía por las ventanas de la casa). Rodeé la casa a llamarla a la puerta de entrada y nada. Cuando volví la vi mirándome, fuera de casa ya, de lejos. Me acerqué despacio despacio, no sea que saliera corriendo a cerrarme otra vez.

Segundo día. Preparo la bolsa para salir, voy a abrir la puerta, dejo la bolsa de basura fuera antes de coger el carro y a los peques, y aún no he terminado de sacar el cuerpo de casa, que me cierra la puerta en la espalda. Toma ya. Ni verlo venir. Los dos peques dentro y yo fuera sin llaves. Y ¿sabéis que me decía la tía? “me meo de la risa”. Menos mal que me abrió enseguida porque el enano se estaba empezando a mosquear… (como veis de este momento no tengo foto, no me apetecía sacar foto)

Bolsas de basura kilométricas

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Alguna tenía que protagonizar el pequeñajo de la casa. Tiene una habilidad especial en abrir y cerrar cajones y coger todo lo que no sabías ni que estaba. Cuando termina de comer, en perdición de sucio porque come a su marcha (BLW a tope) con sus manos y pasando de los cubiertos, lo acerco con la trona a la fregadera para lavarlo un poco. Pues justo un día me doy la vuelta, y había cogido una esquinica del rollo de la bolsa de basura que salía del cajón, y ale ale ale a estirar hasta que se acabe la cuerda… No os imagináis lo que ocupan las bolsas cuando eres tú quien las enrolla.

Estas son las que mas gracia me han hecho. A diario me la lían con muchas cosas, pero ninguna que me haya dado tanta risa/rabia a partes iguales. ¿Qué os hace reír y rabiar de vuestros hijos?


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