Revista Economía

Trastorno Disfórico Premenstrual: Experiencia propia y diagnóstico

Por Ms

En esta primer artículo de la metamorfosis de 20porciento, quiero hablar del trastorno disfórico premenstrual, un síndrome ginecológico muy ligado a trastornos psiquiátricos y que me fue diagnosticado en el último año.

Compartiré mi experiencia personal con el trastorno disfórico premenstrual o sdpm, cómo ha afectado mi vida y la importancia de abordar este tema. Fui diagnosticada tras múltiples diagnósticos y aunque no haya una prueba que lo verifique, los síntomas que he sufrido durante años, lo confirman. Incluso a día de hoy, según el profesional al que acuda, puede guiarme o desconocer por completo este trastorno, y de ahí que haya querido compartirlo en estas líneas, para poder guiar un poco (desde mi ignorancia) a aquellas mujeres que se estén cuestionando si lo padecen.

Se estima que entre un 5-8% de las mujeres en edad fértil lo padecen, llegando a mermar la vida de muchas e incluso acabar en suicidio. Es una enfermedad muy seria si no se trata y por ello quiero arrojar toda la luz y recursos que yo he encontrado por el camino.

¿Qué es el trastorno disfórico premenstrual?

El TDPM (trastorno disfórico premenstrual) es una condición de salud que va más allá de las molestias menstruales comunes. Se caracteriza por una combinación intensa de síntomas físicos y emocionales que surgen en la fase lútea del ciclo menstrual. A menudo malinterpretado como un simple malestar premenstrual, el SDPM se distingue por su impacto significativo en la calidad de vida.

De hecho es difícil identificarlo pues se suele confundir con el síndrome premenstrual que sufren la mayoría de mujeres. La diferencia con éste es que la intensidad de sus síntomas puede ser limitante, así como la duración de los mismos. De modo que aquellas que lo padecen, suelen con frecuencia visitar a un psiquiatra antes que a un ginecólogo.

Sintomatología del SDPM

Los síntomas del SDPM son diversos y abarcadores, afectando tanto el cuerpo como la mente. Desde cambios de humor abruptos y ansiedad hasta síntomas físicos como dolor mamario y fatiga extrema, la sintomatología e intensidad puede variar ampliamente de una persona a otra. La clave es reconocer estos signos y entender su relación intrincada con el ciclo menstrual.

Mi Viaje Personal con el SDPM

Mi odisea con el SDPM comenzó con el desconcierto ante síntomas aparentemente desconectados. La búsqueda de respuestas finalmente llevó al diagnóstico, un proceso que involucró la comprensión profunda de mi propia fisiología y la colaboración con profesionales de la salud. El reconocimiento del SDPM marcó un punto de inflexión en mi viaje hacia la gestión efectiva de esta condición.

Éste no es solo una experiencia mensual; es una presencia constante que influye en mi vida cotidiana. Las relaciones interpersonales han enfrentado desafíos, el rendimiento laboral ha fluctuado y las actividades diarias se han visto afectadas. Compartir estas vivencias es esencial para desterrar la idea errónea de que el SDPM es simplemente «estar de mal humor».

En mi caso por ejemplo, no entendía cómo era posible que de un día a otro pasase de sentirme fenomenal, a de repente no encontrarle sentido a la vida. O a estar con una persona bien y de la nada sentir rechazo o sentir la necesidad de huir.

Y especialmente en el entorno laboral, no podía entender cómo pasaba de estar ilusionada con un proyecto y orgullosa de mi trabajo, a entrar en un bucle de negatividad donde veía claramente que tenía que irme.

Cuando empecé a investigar sobre el trastorno disfórico premenstrual, y comencé a anotar mis pensamientos y sensaciones a lo largo del ciclo menstrual… fue un shock muy grande. ¿Cómo podía haber pasado tantos años de mi vida con este patrón, sin identificarlo? ¿Por qué nadie se dio cuenta (excepto mi pareja.. el pobre mío!!)?

Tratamientos y estrategias para manejar el TDPM

Enfoques Médicos

Los tratamientos médicos, desde antidepresivos hasta reguladores hormonales, se han convertido en herramientas cruciales en la gestión del SDPM. Mi experiencia con estos enfoques ha sido diversa, y la individualización del tratamiento es fundamental. La medicación no es la única respuesta, pero puede desempeñar un papel vital en el alivio de los síntomas más debilitantes.

Como sucede con otros medicamentos, dar con el adecuado según el caso puede ser crucial. Pero siempre debe de ir acompañado de cambios conductuales y de aceptación de la condición… una pastillita puede ayudarte pero no hacer magia.

Estrategias No Farmacológicas

Algunos antidepresivos pueden acarrear efectos secundarios muy adversos que incluso empeoren la condición (en mi caso el primero que me dieron me trastocó completamente). Igual sucede con anticonceptivos, que pueden mermar la vida de quien los toma sin experimentar mejoría notable.

Cambios en el estilo de vida, terapia cognitivo-conductual y prácticas de bienestar emocional han demostrado ser pilares fundamentales. Reconocer la influencia de la dieta, el ejercicio y la gestión del estrés ha marcado la diferencia en mi capacidad para abordar los desafíos del trastorno disfórico premenstrual.

Estadísticas y datos relevantes

Prevalencia del SDPM

Las estadísticas revelan que no estamos solas en esta travesía… Numerosas mujeres enfrentan el trastorno disfórico premenstrual, pero la falta de conciencia general ha perpetuado el estigma asociado. La prevalencia de esta condición subraya la importancia de desterrar malentendidos y fomentar un diálogo abierto, para que quienes lo padezcan, puedan identificarlo y dejar de culparse o minusvalorarse por ello.

El TDPM ha sido víctima de mitos persistentes, desde la idea de que es una exageración hasta la creencia de que es un problema exclusivamente emocional. Desentrañar estos mitos es crucial para fomentar una comprensión más profunda y por ende aceptación y mejoría del mismo.

La importancia de la conciencia y la educación

Crear conciencia sobre el TDPM es un paso vital hacia la comprensión y el apoyo. Desde campañas de educación pública hasta la inclusión de la salud menstrual en los programas escolares, la promoción de la conciencia es esencial para desafiar los estigmas y mejorar la calidad de vida de quienes enfrentan al TDPM. Además y esto es un dato muy importante, si no es tratado, puede empeorar con el tiempo y especialmente en su vertiente psiquiátrica, y de ahí que sea tan importante identificarlo a tiempo.

Yo estoy segura de que hubiese disminuido muchísimo mi sufrimiento durante años y mi incertidumbre ante no entender por qué sufría esos cambios tan bruscos. En mi caso tengo la grandísima suerte de contar con una familia, amistades y pareja que me han apoyado tantísimo y dado confianza… de otro modo realmente no sé qué hubiera sido de mi.

Conclusión

En este camino, he descubierto que el poder de la comprensión y el apoyo va más allá de la gestión personal. Compartir mi experiencia es una invitación a otros a hacer lo mismo, a desafiar el estigma asociado con este trastorno tan desagradable y a avanzar hacia un futuro en el que la menstruación y sus desafíos sean comprendidos y abrazados en toda su complejidad.

Pienso muchas veces en la de niñas/adolescentes ahí fuera que hayan empezado a sufrir este trastorno y que no entiendan por qué sufren tanto sin motivo alguno aparente. Las sensaciones de depresión y ansiedad son muy serias, puesto que si bien todas las enfermedades son duras, una que le desgarra sentido a vivir… parece ser letal.

Me encantaría con mis líneas poder ayudar a alguna que otra y compartir todos los descubrimientos que día a día me han llevado a mejorar un poquito más.

Mi historia personal es que durante tiempo y a raíz de una grave crisis de ansiedad, el tratorno empeoró hasta el punto de ver que mi vida acabaría en un suicidio. Por ello entiendo la gravedad de este trastorno, así como de cualquier otra enfermedad que afecte a la salud mental. Sin mente… no somos nada.

¡Un abrazo y ánimo¡


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