Trastorno Explosivo Intermitente (TEI)
Es un trastorno de la conducta, caracterizado por un patrón aleatorio de reactividad conductual agresiva y desproporcionada, sin un motivo ni objetivo concreto, ocasionando alteraciones o perjuicios graves en el entorno físico y social y el propio individuo.
Se presentan sus primeros síntomas en la infancia o en la adolescencia, con un comportamiento agresivo e impulsivo haca su entorno que se exacerba entre los 30 y 40 años, edad en la que suele diagnosticarse.
Las personas que padecen TEI suelen tener arrebatos súbitos, en los que arremeten contra otras personas, propiedades o animales, siendo su respuesta totalmente desproporcionada al estimulo que la provocó, suelen estar asociados a violencia intrafamiliar, berrinches en personas jóvenes, que, vale la pena resaltar, no son intencionales, estos pacientes no tienen control alguno sobre sus explosiones y las mismas repercuten en su desarrollo social, laboral y familiar.
Algo muy característico en estos individuos es el sentimiento de culpa que los agobia una vez culminado el ataque y es esto, justamente, lo que conlleva a un estado depresivo, ansioso y en algunos casos al consumo de sustancias ilícitas.
Entre los factores de riesgo del TEI nos encontramos por un lado, factores ambientales destacando antecedentes de trauma emocional y físico durante la etapa infanto-juvenil y por otra parte factores genéticos y fisiológicos (cociente de heredabilidad padres-hijos, alteraciones neurobiológicas especialmente en los circuitos serotoninérgicos en el sistema límbico, el córtex orbito-frontal y la amígdala).
¿Como tratarlo?
- Contención: Estos pacientes requieren de contención verbal y muchas veces física para controlar sus ataques, el apoyo familiar es sumamente importante en su tratamiento. Más importante todavía, este tipo de terapia enseña a las personas a controlar la ira y las respuestas inapropiadas a través del uso de técnicas semejantes (técnicas de relajación, meditar diferente sobre situaciones (reestructuración cognitiva) y la capacidad de aprendizaje).
- Psicoterapia: Individual o grupal, con el fin de encontrar la causa y las comorbilidades que pueda presentar el paciente.
- Medicación: La mayoría de estos pacientes requieren un tratamiento farmacológico, bien sea tipo antidepresivos, ansioliticos, anticonvulsivantes y estabilizadores del estado de animo.
Según los estándares de la OMS el 4-7% de la población mundial sufre este trastorno, lo que no llama a la reflexión, el constante estrés diario es un agravante significativo, es de suma importancia conocer y aprender a detectar este tipo de enfermedades que comienzan a ser tan comunes como una gripe y que alteran aun más el ya complejo convivir de los seres humanos, afectando también núcleos familiares.