Revista Deportes
Los trastornos del sueño corresponden a un gran número de patologías que interfieren con una adecuada calidad y cantidad de sueño.
El sueño o el proceso activo de dormir corresponde a un suceso imprescindible para la vida del ser humano, en el cual el funcionamiento del cerebro y nuestro cuerpo cambia en relación a cuando estamos en vigilia o despiertos.
El proceso activo de dormir para el ser humano, permite funciones muy importantes para la vida diaria como síntesis de neurotransmisores, consolidación de memoria, creación de nuevas conexiones o sinapsis en el sistema nervioso central, para la producción de hormonas, un descanso adecuado a nivel muscular; entre otras. El objetivo principal es mantener un adecuado funcionamiento integral de nuestro cuerpo y cerebro.
Los trastornos del sueño corresponden a un gran número de patologías que interfieren con una adecuada calidad y cantidad de sueño. Se presentan con alta frecuencia en la población, en todo rango etario, con diversas manifestaciones entre las que se pueden destacar: problemas en la conciliación o mantención del sueño como “Insomnio”, alteraciones respiratorias como “Síndrome de Apnea del Sueño”, movimientos anormales como “Síndrome de Piernas Inquietas” y modificaciones en los horarios de sueño como “Trastorno del Ritmo Circadiano”.
Son variados los estudios que han demostrado los beneficios del buen dormir en el desempeño deportivo, independiente del área específica de desarrollo. Existen aspectos menos dependientes del buen dormir como el trabajo de potencia o el trabajo de resistencia a un ritmo similar al del umbral anaeróbico. Pero, hay otras cualidades físicas que son determinantes en el rendimiento deportivo, como la vigilancia, el tiempo de reacción, la precisión gestual, la destreza y la capacidad para recibir estímulos y generar respuestas; son influenciados negativamente por alteraciones del sueño.
Otro aspecto relevante a considerar, que relaciona conceptos corporales, neurológicos y del rendimiento deportivo es el “Aprendizaje” específico e incluso el grado de destreza en el desempeño deportivo, debido a que un buen dormir permite que se aprendan y consoliden de mejor forma las tareas motoras especialmente las técnicas, las cuales van a mejorar progresivamente con períodos de sueño adecuado entre las distintas jornadas de entrenamiento.
Además, un buen dormir permite optimizar el proceso de retención y recuperación del material aprendido durante la actividad deportiva, lo cual favorece el rendimiento personal y del equipo. Se ha objetivado también beneficios en el rendimiento de tareas técnicas automatizadas fundamental en numerosas áreas del deporte.
En síntesis, el prevenir y tratar las alteraciones del sueño asociado a realizar en forma activa conductas que garanticen una adecuada calidad de sueño permitirán el desarrollo de un óptimo rendimiento deportivo.
Fuente: Clínica Meds