- otro decir de mi difunta abuela…
… y la diferencia, con solo un pequeño gesto, es asombroso!
Si el primer contacto con una persona desconocida la inicias con una amplia sonrisa y una mirada a los ojos tienes todas las posibilidades de pasar el día entre sonrisas.
Por desgracia hay personas que son demasiado infelices para percibir e interiorizar una sonrisa de otra persona… pero en vez de sentirte ofendido o incomprendido por un trato injusto piensa en que, a lo mejor, has podido dejar una huella que ilumina su corazón por la noche…
Conscientemente he utilizado una sonrisa – para mi casi exagerada – al entrar en sitios donde sé que lo que voy a pedir es algo espacial, un poco fuera de lo habitual, exigiendo un poco más de atención o trabajo (ahora mismo tengo en mente la imprenta) y además me he mentalizado en la puerta para intentar a transmitir esa energía positiva a través de mi mirada y postura corporal que hará la diferencia entre un resoplo profundo negando con la cabeza y un interés por hacer algo nuevo y distinto que puede hacer este día tan interesante.
La verdad es que si te rodeas de sonrisas te sientes más feliz – ¡eres más feliz!