Tratamiento de problemas alimentarios con estimulacion del nervio vago

Hace unos años, se identificó una red en el cerebro que se acopla con señales del estómago y que  influye en la sensación humana de hambre y saciedad. El nervio vago es responsable de controlar  y conectar varios sistemas de órganos importantes con el cerebro y, por lo tanto, apoya la transmisión de señales endógenas.

Un equipo de investigación de los Hospitales Universitarios de Tübingen y Bonn ha demostrado por primera vez que la estimulación no invasiva del nervio vago en el oído puede fortalecer la comunicación entre el estómago y el cerebro en cuestión de minutos. Esto ayuda, en la búsqueda de alimentos dirigida a un objetivo al ajustar el sistema de recompensa para los estímulos alimentarios cuando el estómago está vacío. Investigaciones anteriores mostraron que el nervio vago puede regular la digestión a través del cerebro. Este mecanismo es relevante para aplicaciones terapéuticas porque el nervio vago puede estimularse de forma no invasiva. 

El equipo,  estudió a un total de 31 participantes y combinaron la estimulación del nervio vago en el oído con el registro simultáneo de la activación cerebral a través de imágenes de resonancia magnética funcional (IRM) y electrogastrograma. Mostraron por primera vez que la estimulación eléctrica fortalece el acoplamiento entre las señales del estómago y el cerebro,  en unos pocos minutos

Además, los investigadores descubrieron que el acoplamiento con el estómago aumentaba en todo el cerebro, particularmente en las regiones que ya se comunicaban más fuertemente con el estómago antes de la estimulación. Los cambios en el acoplamiento entre el estómago y el cerebro pueden producirse casi instantáneamente y propagarse rápidamente.

Estos hallazgos pueden permitir nuevas opciones terapéuticas, para la depresión, donde los cambios en la comunicación entre el cuerpo y el cerebro se consideran un factor clave. Asimismo, en la obesidad y los trastornos alimentarios, ademas podría ayudar a las personas afectadas a recuperar en el futuro su percepción de las señales corporales.

Los resultados del estudio se publicaron en la revista Brain Stimulation.