La uña encarnada se debe al crecimiento anómalo de la matriz ungueal de tal forma que la uña crece por los bordes laterales más ancha que el hueco establecido en la matriz.
El resultado es que al final del crecimiento, la uña se clava en esos bordes, produciendo un notable proceso doloroso y que además se puede infectar con frecuencia. El calor y la sudoración excesiva durante el periodo estival pueden agudizar estos síntomas, convirtiendo este proceso en un suplicio a la hora de caminar.
¿Cómo tratar la uña encarnada?