Un estudio llevado a cabo
por investigadores del Instituto
de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela en España ha
demostrado que las estrategias
reparadoras basadas en terapia celular son una vía eficaz para la
recuperación de las personas afectadas por un ictus. La solución propuesta consiste en estimular los
mecanismos de reparación espontáneos que experimentan los pacientes que
consiguen superar la enfermedad y acortar los períodos de recuperación
funcional, que ahora superan los seis meses. Sus resultados apuntan a la
eficacia del uso de células madres adultas circulantes en sangre
periférica para la recuperación
neurológica y funcional en un período de 3 meses. Según los
investigadores, el conocimiento de la regeneración del sistema nervioso y de su
recuperación tras sufrir lesiones es extraordinariamente
positivo. El objetivo principal de la terapia celular es mimetizar los
procesos de reparación que se producen de forma natural en el cerebro, restaurando la función cerebral a través del
relevo de las células muertas durante el ictus mediante el trasplante de otras nuevas o la
estimulación de las células progenitoras propias.