Tratamiento farmacológico para la depresión: ¿Ketamina o antidepresivos tradicionales?

Por Davidsaparicio @Psyciencia

Según datos recientes de la OMS, más de 350 millones de personas sufren de depresión y aproximadamente el  5% de la población sufrió de depresión en los últimos 12 meses. Alrededor del 20% de estos casos no responderá a los tratamientos actuales. Y para aquellos que sí respondan, el alivio podría demorar semanas o meses en llegar.

Pero existe un nuevo tratamiento que funciona mucho más rápido: la anestesia de ketamina (droga de club/boliche). Este fármaco puede provocar efectos en cuestión de horas. Una sola dosis de ketamina puede aliviar los síntomas de la depresión y sus efectos pueden durar hasta más de 10 días; así mismo parece reducir los síntomas del trastorno bipolar y los pensamientos suicidas.

¿Cómo funciona la Ketamina?

La ketamina no funciona de la misma manera que los antidepresivos tradicionales. Estos fármacos afectan los niveles de la serotonina en el cerebro y, aunque se ha fijado la idea en el conocimiento popular  de que la depresión es causada por niveles bajos de serotonina o un desequilibrio de otros neurotransmisores clave, los científicos han sabido por décadas que la depresión no puede ser provocada por efectos tan simples. Por un lado, los fármacos antidepresivos pueden cambiar inmediatamente los niveles de los neurotransmisores del cerebro, pero los síntomas de la depresión no mejoran sino luego de semanas y este retraso puede ser mortal.

Otra teoría es que la depresión se debe a daños en las células cerebrales de las regiones clave que controlan el estado de ánimo. Esta idea encaja perfectamente con la evidencia de que el estrés puede causar depresión, debido a que los altos niveles de estrés pueden  causar una sobreproducción de un neurotransmisor llamado glutamato, que daña las células y afecta las mismas zonas responsables del estado de ánimo.

Los estudios publicados en la revista Science sugieren que  la ketamina podría estimular rápidamente el crecimiento de nuevas sinapsis y, en consecuencia, revertir la atrofia causada por el estrés crónico.

Desafortunadamente, las alucinaciones forman parte de los efectos secundarios y los temores  sobre su potencial uso indebido impiden el desarrollo de este fármaco. Esto ha provocado que los investigadores estén tratando frenéticamente de desarrollar compuestos que tengan los mismos efectos de la ketamina, sin que se produzcan los efectos alucinógenos.

Fuente: Healthland.time.com