El fallo de medro es una enfermedad que sufren los niños que están bajo el quinto percentil en peso según su edad, o su aumento de peso es insuficiente.
Como el fallo de medro puede ser causado por razones médicas, tales como una incapacidad de absorción de los alimentos o un posible reflujo, es necesario que el médico evalúe al niño. El pediatra le hará un seguimiento para verificar si hay alguna infección, un posible síndrome de mal absorción o cualquier otra causa. Es posible, incluso, que sea necesario ingresar al hospital al niño unos días. Si ninguno de los exámenes que se le practiquen revela las causas de su desnutrición y retraso en el crecimiento, se deberán de hacer investigaciones más profundas para determinar si hay algunas de las causas menos frecuentes de las que se mencionaron anteriormente.
El tratamiento del fallo de medro dependerá de la causa que se identifique. algunas veces los problemas de deglución y de hipersensibilidad oral son menores. En ocasiones los temores del niño y los de los padres son tan grandes que producen serias interferencias al momento de la alimentación. Se suele recurrir a un equipo de profesionales como un pediatra, un gastroenterólogo pediatra, un nutricionista y hasta un terapeuta del lenguaje, quien aporta su conocimiento en lo relacionado con el papel que pueden jugar los músculos de la garganta y la lengua. Tal vez sea necesario recurrir incluso con un profesional de la salud mental (ya sea un trabajador social, un psicólogo o un psiquiatra infantil) que pueda ayudar al niño y a los padres a superar los episodios que se han estado formando y que han estado afectando la interacción en el campo de la alimentación. Los padres tendrán que buscar nuevas formas especiales para alimentar al bebé y lograr que los momentos de la alimentación sean placenteros.