Una revisión publicada en el The American
Journal of Medicine exploro terapias más nuevas y potencialmente más
seguras para tratar el dolor abdominal crónico con menores riesgos de adicción
y efectos secundarios. El uso prolongado de opioides para el dolor abdominal
crónico generalizado, también llamado dolor visceral, puede cambiar la forma en
que funcionan los receptores opioides, lo que lleva a la adicción. El mecanismo
principal que utilizan los opioides para reducir el dolor es a través de la
estimulación de los receptores Mu. Los nuevos enfoques para tratar el dolor
abdominal incluyen medicamentos que identifican diferentes tipos de receptores
del dolor, no solo los receptores opioides. Además, las nuevas generaciones de
medicamentos opioides pueden aliviar el dolor sin riesgo de adicción o
depresión respiratoria. Los nuevos tratamientos potenciales incluyen: 1-Oliceridina, un fármaco que se une con
un componente específico del receptor opiáceo Mu sin activar la parte del
receptor que causa estreñimiento severo o la respiración se ralentiza. Este enfoque
tiene el potencial de aliviar el dolor en pacientes con inflamación intestinal,
como la enfermedad de Crohn. 2-Buprenorfina,
un agonista opiáceo parcial. Este tipo de medicamento es un opioide que no
produce el efecto completo de la depresión respiratoria que otros opioides
producen. Se están desarrollando nuevas formulaciones para actuar sobre
diferentes tipos de receptores para reducir el potencial de convertirse en
adictos. 3-Agentes cannabinoides,
medicamentos que se dirigen al sistema endocannabinoide, que controla el dolor
visceral, las náuseas y los vómitos.