El ácido hialurónico es una sustancia que está naturalmente presente en el cuerpo humano. Se encuentra en las concentraciones más altas en los fluidos en los ojos y las articulaciones. El ácido hialurónico que se utiliza como medicamento se extrae a partir de crestas de gallo o es producido por bacterias en el laboratorio.
Las personas toman ácido hialurónico para diversos trastornos de la articulación, como la osteoartritis. Se puede tomar por vía oral o se inyecta en la articulación afectada por un profesional de la salud o en clínicas de cirigía estética.
En Estados Unidos, la FDA ha aprobado el uso de ácido hialurónico al igual que lo hizo con Toxina botulinica pero en ciertas cirugías oculares, incluyendo la extracción de cataratas, trasplante de córnea, y la reparación de un desprendimiento de retina y otras lesiones oculares. Se inyecta en el ojo durante el procedimiento para ayudar a reemplazar los fluidos naturales.
El ácido hialurónico también se utiliza como relleno de labios en la cirugía plástica.
Algunas personas aplican el ácido hialurónico en la piel para curar heridas, quemaduras, úlceras de la piel, y como una crema hidratante.
También hay un gran interés en el uso de ácido hialurónico para prevenir los efectos del envejecimiento. De hecho, el ácido hialurónico ha sido promovida como una “fuente de la juventud.” Sin embargo, no hay evidencia que apoye la afirmación de que tomar por la boca o la aplicación a la piel puede impedir los cambios asociados con el envejecimiento.
¿Cómo funciona?
El ácido hialurónico funciona actuando como un amortiguador y lubricante en las articulaciones y otros tejidos. Además, podría afectar la manera en que el cuerpo responde a una lesión.