Existen diferentes remedios y tratamientos para conservar la madera en buen estado o atacar posibles enfermedades:
Carbonizar
El remedio más antiguo es carbonizar la madera, principalmente para destruir los hongos, pero pueden volver a penetrar por las grietas. Se emplea fundamentalmente este sistema para pilotes, postes y estacas y, sobre todo, con el roble, por ser una madera poco permeable.
La desecación
La mejor prevención para evitar enfermedades y problemas con la madera que vamos a utilizar en un futuro es garantizar un correcto secado adecuado de la madera.
Desaviado
Quitar la savia. Para eliminarla se sumerge en agua dulce corriente durante un periodo mínimo de tres meses. Hay que tener en cuenta que la humedad es perniciosa y que la madera pierde parte de su fuerza al eliminar resinas por la inmersión en el agua. Una vez eliminada la savia, habría que proceder al secado de la madera que consistiría en quitar el agua que ha ocupado el lugar de la savia.
Impregnaciones
Consiste en sumergir la madera en disoluciones de diversos productos, los cuales penetrarán por los vasos de la superficie mediante el vacío y la presión. Así, podemos encontrar:
a) Impregnación con creosota: se extrae del haya y sirve para proteger maderas a la intemperie sin que pierdan resistencia y flexibilidad. El inconveniente sería el precio. Al tratarse de la denominada brea del haya hay que calentarla entre 70 y 100 grados centígrados, durante 30 minutos como mínimo.
b) Impregnación con alquitrán: Protege eficazmente las maderas a la intemperie. Puede tener un origen vegetal (árboles resinosos) o mineral (hulla). Confiere mayor resistencia a la acción del sol que las pinturas ordinarias.
c) Impregnación con urea: Hoy día ya se emplea urea sintética y es de uso preferente contra hongos, insectos y fuego. Se puede aplicar en polvo, por inmersión e irrigación. Es inocuo para los operarios que lo utilicen y herramientas.
Pintura antiséptica
Sólo protege superficialmente y es poco duradera. Hay que aplicarla sobre madera bien seca, pues existe peligro de putrefacción si se hace sobre una madera húmeda.
a) Pintura con carbolíneo (alquitrán de hulla y petróleo): Es necesario calentarlo previamente y dar dos o tres manos.
b) Pintura al aceite: Para la madera cepillada, después de una previa imprimación de aceite de linaza hirviendo, se puede tratar con una o dos manos de pintura al óleo. Protege muy bien contra la humedad. Huele mejor que la pintura con carbolíneo.
c) Aceite residual de motores de gasolina: Protege las vigas de la carcoma y la podredumbre. Da un tono oscuro mate, aunque tarda en secarse. Muy económico. Desaconsejable por ser un método nocivo para el medioambiente.
Evitar el moho
Para prevenir el enmohecimiento lo fundamental es almacenar la madera en lugares ventilados y con luz. En caso de que haya sido atacada, si es necesario someterla a un chorro de aceite, a una temperatura de 70 grados centígrados o más.
Prevención de la carcoma
Para prevenirlo la mejor defensa es un buen barnizado con productos antisépticos. En caso de que la madera ya ha sido atacada, se inyecta en las galerías que han formado las larvas desde el exterior a la albura del árbol vapor de benzol o una disolución en frío de sal en el agua. Esta última se aplica con brocha.