Es clásico en ética médica el deber de no infligir al paciente un trato
cruel, inhumano o degradante, como puede suceder cuando el médico colabora en la
aplicación de torturas a presos, en la pena capital, en las mutilaciones penales
que impone la sharía, etc. El Relator Especial nombrado por la Naciones Unidas
sobre este tema ha emitido un informe con fecha 1 de febrero, en que, además de
algunas de estas cuestiones clásicas, incluye como trato cruel, inhumano o
degradante actuaciones como el tratamiento forzoso de drogadictos (cuestión que
debe matizarse) o la denegación del aborto. Está disponible la traducción oficial del informe (también desde esta otra dirección) y un resumen en inglés en Bioedge.
Como podréis ver, aunque varias de las cuestiones que aporta como
tratos inhumanos o degradantes tienen un fondo de verdad y son admisibles si se
matizan adecuadamente, otros casos, como la negativa al aborto, tienen detrás una carga
ideológica.