Investigadores señalan que el estrés financiero podría desencadenar comportamientos violentos hacia los bebés.
El estrés relacionado con la recesión económica podría haber provocado un aumento alarmante en los casos de traumatismo craneal no accidental entre los niños, sugiere una investigación reciente.
El número de bebés hospitalizados por traumatismo craneal no accidental, una forma de maltrato infantil conocida como síndrome del bebé sacudido, se duplicó durante la reciente recesión económica, según el estudio realizado por investigadores de los Hospitales Universitarios Rainbow Babies y del Hospital Infantil de Cleveland.
"Las razones por las que ocurre están más allá del alcance de nuestro estudio, pero es probable que un mayor número de padres tengan tanto estrés que estén al borde del colapso debido a problemas económicos como el desempleo y las ejecuciones hipotecarias", señaló la autora principal Mary I. Huang, estudiante de medicina de cuarto año de la Facultad de medicina de la Universidad Case Western Reserve.
"En muchos casos, cuando las personas se ven obligadas a abandonar sus hogares, quizá se vayan a vivir con familiares que tal vez no tengan tanto interés personal en el cuidado de los niños", agregó Huang, que tiene previsto presentar el documento el miércoles en la reunión de la Asociación Estadounidense de Cirujanos Neurológicos (American Association of Neurological Surgeons) en Denver. Los hallazgos presentados en las reuniones se consideran preliminares hasta que se publican en una revista revisada por colegas.
Los nuevos hallazgos se hacen eco de un estudio de 2010 realizado por investigadores de la Universidad de Pittsburgh. Ese trabajo de investigación evaluó los casos de traumatismo craneal no accidental entre lactantes y niños pequeños de 2004 a 2009 en cuatro hospitales pediátricos de la ciudad. Los investigadores encontraron casi el doble de casos de traumatismo craneal por maltrato al mes durante el período de recesión, a partir de diciembre de 2007, en comparación con el período anterior a la recesión.
La idea del estudio le llegó a Huang durante su rotación de tercer año en el servicio de neurocirugía pediátrica. "Algunos de los médicos habíamos empezado a observar un montón de traumas en la cabeza no accidentales, y nos preguntamos si podría tener algo que ver con la recesión", explicó Huang. "Pensé que esto sería una buena pregunta que debíamos investigar en nuestro registro de traumas".
Huang y sus colegas revisaron la base de datos del hospital para identificar los casos de traumatismo craneal no accidental (NAHT, por su sigla en inglés) en niños hasta los dos años entre diciembre de 2001 y junio de 2010. Durante ese tiempo, 639 niños menores de dos años fueron ingresados por lesiones traumáticas, y 93 fueron clasificados como casos de traumatismo craneal no accidental.
Se identificaron un total de 43 casos de traumatismo craneal en los 31 meses del período de recesión (entre diciembre de 2007 y junio de 2010), en comparación con 50 casos durante los 72 meses del período de no recesión (de diciembre de 2001 a noviembre de 2007), lo que representa un aumento de 101 por ciento.
Se observaron lesiones mucho más graves durante la recesión económica, lo que resultó en más muertes y casos de lesión cerebral grave, halló el equipo de investigación.
"Realmente no esperábamos ver un aumento tan grande", apuntó Huang. "Fue muy sorprendente para todos nosotros".
Durante la recesión, los traumas en general disminuyeron en un 8.2 por ciento y los traumas craneales accidentales infantiles en un 3.5 por ciento, pero la proporción de meses en la que fue ingresado al menos un bebé por traumatismo craneal no accidental fue 58 por ciento más alta que durante el período sin recesión económica.
Los profesionales de atención pediátrica deben ser conscientes del aumento del maltrato infantil durante las crisis económicas y deben realizar las evaluaciones correspondientes, apuntaron los autores.
El Dr. Robert Block, profesor y director de pediatría del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Oklahoma, señaló que los hallazgos del estudio no sorprenden.
"Sabemos que los periodos de mayor estrés pueden ser más peligrosos para los bebés", destacó, "así que tiene sentido que en una recesión económica, donde hay un conglomerado de situaciones muy estresantes, observamos un aumento en este tipo de lesiones".
Block, que es presidente electo de la Academia Estadounidense de Pediatría (American Academy of Pediatrics), especuló que quizá los recortes a los programas de servicios sociales de los últimos años constituyan también un factor.
"Recortar los servicios que apoyan a los niños y las familias es una medida errónea", apuntó Block, "porque los bebés que se ven afectados, si sobreviven, tendrán consecuencias para toda la vida como resultado de este maltrato".
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