Revista Política

Treinta años no son nada para muchos

Publicado el 20 agosto 2016 por Noostradamus
Treinta años después de la entrada de España en la CEE, luego reconvertida en UE, con tanto mamonear con el gobierno en funciones que no acepta que los resultados de las elecciones no sean iguales que los del 2011 y de paso se niega a firmar nada que llegue del Parlamento por no acatar resultados electorales que no sean los que ellos desean, no parece que haya muchas ganas de evaluar qué tal han ido para los españoles esas tres décadas de "ser europeos". 
Se puede empezar por ejemplo por comparar los datos de desempleo de 1986 con los de 2016 para ver cuánto ha mejorado España con respecto a tan remotas fechas. Pues resulta que no, que no se ha avanzado absolutamente nada, salvo que ahora el mismo porcentaje de desempleados es el doble de personas, pero el porcentaje se mantiene eso sí.
Cierto es que desde entonces llovió el dinero de Europa para que España convergiese con los países desarrollados de Europa, pero no para que convergiese el nivel de vida o los derechos sociales de los españoles, sólo para que convergiesen los salarios de los destinados a Bruselas con los de los que ya estaban por ahí, es decir, España convergió si España son los que habitan en los despachos oficiales del reino, el café para ellos y mierda para los demás, que decía hablando del saqueo de la Diputación de Valencia su presidente actualmente en prisión por corrupción sistemática, sistémica y organizada.
Cierto es que España está llena de autovías, a las que no parece que se les haya hecho mucho manteniemiento en los últimos años porque la crisis ha dejado las arcas públicas tan vacías que el autoconsumo administrativo consume todo lo que hay y más todos los años. Es el resultado de gastar en sí mismos como si hubiera burbuja inmobiliaria cuando estalló hace años. También hay maledicentes que dicen que por cada euro gastado dos más fueron robados, pero seguro que fue menos...o no.
También es España, gracias a esos fondos europeos, un país lleno de trenes de alta velocidad, más kilómetros de ferrocarril de alta velocidad por habitante que nadie, aunque al final te acaben contando que en el tramo tal robaron dos euros por cada uno que gastaron. Es evidente que en esto sí hay una cierta homogeneidad entre lo robado con las carreteras y lo robado con los trenes. Con la depuración de aguas, lo mismo y con las desaladoras también. Lo cual genera un cierto hedor a cleptocracia.
Pero en algo sí que España se ha igualado con Europa, en los precios. No en los ingresos de los habitantes o en su renta, sólo en los precios. Así que tras treinta años es posible que si no se está en ese mismo porcentaje de desempleados que son el doble de gente, se disfrute de un empleo basura con un salario tan idénticamente bajo como en 1986, pero precios muy europeos de 2016. 
Por suerte las cuentas las puede salvar el hecho de que los trabajadores pobres de toda Europa se pueden pagar unas vacaciones en España donde cocerse en alcohol full time, y que eso supone mucho personal dando de beber a muchos sedientos de alcohol. Pero eso ya pasaba en 1985.

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