La experiencia de ver amanecer arriba del volcán (imago1) y poder caminar por el cráter del mismo para rodearlo, y apreciar las vistas de todo el valle (imag0203), sin duda hacen olvidar la gran paliza que es subir en la oscuridad a partir de las 4am y por casi dos horas, hasta lo más alto de tan escarpada montaña.
Cuando está a punto de amanecer se llega a una caseta (imag04), donde se descansa por unos instantes, o la gente con menor forma física se queda a ver el amanecer.
Los afortunados que tenemos aún pulmones de seguir subiendo disfrutamos de una vista aún más fascinante(imag05), pero lo mejor es después esa bajada, durante la mañana ya más tranquilamente, hasta divisar a lo lejos un crater que, de haberlo visto por la mañana, a buen seguro no hubiésemos subido.:)