Revista Cultura y Ocio
"Cada mañana al despertarse Siíri Kettunen descubría que aún no había muerto. Entonces se levantaba, se lavaba, se vestía y tomaba algo para desayunar. Iba despacio, pues lo que es tiempo tenía de sobra. Leía el periódico con detenimiento, escuchaba los programas matutinos de la radio y de ese modo sentía que seguía perteneciendo a este mundo. A eso de las once solía ir de paseo en tranvía, pero aquel día no tenía fuerzas."
El título me pareció simpático, la verdad. Y lo identifiqué con esas lecturas veraniegas que no duran nada y nos dejan satisfechos por el tiempo pasado juntos. Por eso me lo traje a casa y por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Tres abuelas y un cocinero muerto.
Conocemos a nuestras tres abuelas: Siiri, Irma y Anna_Liisa. Todas son viudas nonagenarias que viven en una residencia de ancianos privada de Helsinki que tiene el irónico nombre de El Bosque del Crepúsculo. Los días pasan lentos entre actividades para mayores y juegos de cartas en lo que debería de ser un paraíso para la última etapa de la vida, sin embargo estas mujeres pronto empiezan a fijarse en detalles. A fin de cuentas, y pese a que alguien pudiera pensar lo contrario, lo que las sobra a todas, es tiempo. Y, a veces, cuando uno se fija, descubre que no todo funciona como debiera, justo como sucede en esta residencia... sobre todo si hay muertes de por medio.
Con este título se inicia la Trilogía de Helsinki, una trilogía que, si bien y según me he informado tendrá continuidad temporal, no es necesario completar tras haber leído el primero. Cosa que, quien ya me conoce, sabe que me gusta comenzar advirtiendo a la hora de hablar de un libro.
En este caso y bajo este llamativo título de verano nos encontramos una historia que buscar estar a caballo entre una comedia y una novela negra, utilizando un tono que puede parecer frívolo para hablar de algo tan serio como las condiciones en una residencia de la tercera edad. Porque bajo la historia principal hay un relato sobre la vida cuando se llega a cierta edad en la sociedad actual. Evidentemente no para todos, pero si para esas personas que parecen quedar relegadas a un olvido marcado por rutinas ajenas y calendarios en los que se marcan las posibles visitas familiares. Si nos paramos a pensar en ello y en la indefensión de este sector de la población, la verdad es que es un tema preocupante, y Lindgreen, como hacen muchos escritores, utiliza su novela para denunciar este hecho.
Más allá de esto, la trama es bastante endeble, comienza con la noticia de un cocinero muerto, y con los residentes que se ven sorprendidos por su juventud. Les parece no sólo una pena, sino casi insultante que haya podido morir alguien tan joven, y deciden ir de excursión a su funeral. Con este punto de partida comenzarán a fijarse en el entorno en el que viven y a escuchar rumores que les harán sospechar de cada cuidadora y de cada pastilla que les dan...y sobre todo de un ala del hospital del que nadie parece volver y al que enviarán a una de estas tres mujeres. Con esta trama aparentemente original y unas protagonistas tan entrañables, parecía un libro de fácil lectura.... pero me he tropezado con algún problema. Me costaba avanzar, no conseguía sentirme realmente interesada por sus historias ni tampoco por lo que iba sucediendo en el entorno. Me he encontrado con personajes faltos de fuerza, sobre todo los que eran aparentemente "los malos", y muchos actos sin justificar ni razonar y eso ha provocado que la lectura se viera empañada por un halo de desencanto.
Supongo que porque soy de una época en la que se emitían Las chicas de oro, tal vez llegué condicionada esperando otra cosa, y tal vez por eso no he podido evitar salir de la lectura con un regusto amargo. A veces, ya se sabe, llegar a un libro esperando algo, puede ser muy peligroso.
En este caso, y si tengo que marcar lo más sobresaliente de la novela, me quedo con la crítica social que comentaba al principio.
Y vosotros, ¿cuál ha sido la última lectura que os ha desencantado?
Gracias