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TRES ANUNCIOS EN LAS AFUERAS (Martin McDonagh, 2017)

Publicado el 17 enero 2018 por Dentro Del Monolito @dentromonolito
TRES ANUNCIOS EN LAS AFUERAS (Martin McDonagh, 2017)Allá por 2008, Martin McDonagh sorprendió a propios y extraños con Escondidos en Brujas, una estimulante mezcla de cine de gángsters y comedia negrísima que se convirtió en una cinta con cierto culto y que ya daba buena muestra del peculiar estilo del director. Cuatro años más tarde volvía a probar suerte con Siete Psicópatas, que curiosamente pasó más desapercibida pese a contar con un reparto estelar. Ahora McDonagh pega el golpe definitivo con Tres anuncios en las afueras, castellanización del maravilloso título original Three Billboards outside Ebbing, Missouri. Pasamos a desgranar cada uno de estos "anuncios".
Anuncio 1: La historia
«Tres anuncios en las afueras» narra las vicisitudes de una madre empeñada en que la policía no archive el caso de su hija asesinada. Para ello, alquila 3 carteles publicitarios donde reprochará a los agentes de la ley su poca efectividad a la hora de investigar el suceso. Martin McDonagh utiliza esta premisa para contar una historia plagada de ambigüedades donde una fina línea separa la voluntad de la obcecación, lo correcto de lo incorrecto, la locura de la genialidad, la bondad de la maldad. Todos estos conceptos quedan perfectamente dibujados por el guion del propio McDonagh, y su ejecución es inmejorable ya que, valiéndose de su sello personal, utiliza el humor para ponerlos sobre la mesa y hacerlos más accesibles.
Eso sí, la película es bastante generosa en cuanto a su componente dramático, no nos engañemos. Las mentalidades de los personajes, enfrentadas entre sí, ofrecen los mejores momentos de una película ya de por sí redonda, logrando atrapar al espectador con su galería de individuos aparentemente excéntricos pero realmente anclados a una existencia más bien gris. Como digo, es el conflicto entre ellos lo que les da su carácter extravagante y aumenta sus motivaciones. Y, por supuesto, es lo que hace avanzar la historia.
Anuncio 2: El director
Gracias a «Tres anuncios en las afueras», estoy comprobando que mucha gente compara a Martin McDonagh con los hermanos Coen y con el inefable Quentin Tarantino. Puede que haya algo de esto, pero propongo otra semejanza que para mi gusto se ajusta más a la realidad. Creo que el estilo de McDonagh puede acercarse más al cine del coreano Park Chan Wook en cuanto a que perfila temáticas serias y a menudo dolorosas tamizándolas con un punto de humor muy negro. McDonagh rueda con elegancia y precisión, demostrando tener las ideas muy claras y aprovechando la ironía para crear situaciones tan divertidas como impactantes. Hay varias secuencias memorables en la película, pero me quedo con el plano-secuencia donde la cámara se pega al personaje de Sam Rockwell mientras este abandona la comisaría, cruza la carretera y entra en la agencia de publicidad.
Todo queda afianzado con unos diálogos magníficos que están repletos de sarcasmo y provocación y que contrastan muchas veces con el auténtico estado de ánimo de los personajes. En esas líneas de diálogo se deja notar la experiencia de McDonagh como dramaturgo (si alguna vez véis en vuestra ciudad una obra teatral llamada El hombre almohada corred a comprar las entradas, pues McDonagh firma allí uno de los libretos más brutales y con un humor más incómodo que recuerdo), sabiendo encontrar un equilibrio perfecto entre las palabras y los gestos. Además, el director demuestra manejarse con soltura al trasladar el estilo tan británico de sus anteriores películas a las badlands americanas donde se desarrolla la acción. El resultado, para mi gusto, es magnífico.
Algo debe tener el apellido McDonagh, porque Martin tiene un hermano también director llamado John Michael que posee al menos un par de películas sensacionales (El irlandés, Calvary).
Anuncio 3: El reparto
Sin duda, los tres anuncios cobran unidad gracias a la suma de sus partes, y el reparto cobra una importancia vital a la hora de dar credibilidad a la obra. Prácticamente todo el que aparece en la película clava su papel, siendo uno de los motivos por los que engancha tanto y convirtiendo el visionado en un placer para cualquier cinéfilo. Es difícil destacar a alguien cuando encontramos interpretaciones como las de Frances McDormand y Woody Harrelson, absolutamente sublimes en pantalla y compartiendo una secuencia memorable. Pero no me queda más remedio que rendirme ante el trabajo de un Sam Rockwell gigantesco, en un trabajo que merece todos los premios y que consigue levantar sensaciones contradictorias en el espectador, cosa que me parece un gran logro. Su Jason Dixon es tan patético y simple como arrollador y extremo, en una encarnación actoral para el recuerdo.
Pero ojo, porque además existe toda una lista de secundarios que enriquecen la película. Nombres como Peter Dinklage, John Hawkes, Caleb Landry Jones (Déjame salir), Abbie Cornish, Samara Weaving (con un aspecto muy diferente al de The Babysitter), Lucas Hedges (el chaval de Manchester frente al mar) o Clarke Peters dan la réplica a los protagonistas con apariciones de mucho nivel, redondeando así el conjunto.
Está claro que estos «Tres anuncios en las afueras» se mantienen en pie con unos cimientos solidísimos, y que posiblemente sean uno de esos clásicos modernos a los que debamos recurrir en un futuro. Martin McDonagh se consagra con esta película como un realizador brillante y un director de actores sobresaliente. No se la pierdan.

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