La cuestión es que si se puede criar a un animal en un cajón industrial no me parece coherente un rechazo institucionalizado de la fiesta (no digo ya su prohibición, sino la oficialización del rechazo).Pascual González, autor de filoblog.com
Creo que falta el argumento antitaurino más importante de todos: (...) ahora, se sanciona el hacer espectáculos con el maltrato a los animales, se sanciona incluso legalmente. (...) La tauromaquia es una de las raras actividades en las que se maltrata de forma pública a un animal que en ningún caso en otro contexto o con otra especie se permitiría, eso necesariamente tiene que generar un cortocircuito en la gente porque rompe la coherencia de nuestras relaciones con el resto de animales.Heli, comentarista.
Nuestra relación con otros animales es un asunto complejo, ambiguo, desafiante y frustrante, y debemos reexaminar continuamente cómo tendríamos que interactuar con nuestros parientes no-humanos. Parte de este nuevo examen implica hacernos preguntas difíciles, y estar seguros de que nuestras acciones encajan con nuestro intelecto y con nuestras creencias. Y así, a menudo planteo esta pregunta a investigadores que llevan a cabo pruebas invasivas con animales, o a gente que trabaja en granjas-factoría: "¿Le harías esto a tu perro?". Algunos se sobresaltan ante la pregunta, pero es muy importante hacerla. Si no le haríamos algo a nuestros animales de compañía, pero se lo hacemos a diario a ratones, ratas, cerdos, vacas, elefantes, chimpancés o cualquier otro animal que no sea el perro o el gato de la casa, necesitamos preguntarnos por qué.Marc Bekoff [1]
[1] Mark Bekoff, La vida emocional de los animales, Altarriba, Barcelona, 2007, p. XXIV. (Podéis leer el texto original aquí, al final de la página).