Revista Espiritualidad

Tres cosas que aprendí el año pasado

Por Elbioplanning @bioplanning

Tres cosas que aprendí el año pasado

A comienzos del año pasado, como casi cualquier persona del mundo me hice una lista de los objetivos que quería cumplirpara el 2014. Muy entusiasmada y muy decidida los apunté en mi agenda especial. Pero lo que ocurrió fue que volví a abrir esa agenda solo en dos o tres ocasiones, el resto de los días del año pensaba en otras cosas.

Depende de quien lo considere esto puede estar muy mal, ya que poner foco a tu deseo está considerado la parte fundamental de cualquier proyecto. Pero por otro lado, lo que aprendí  de mi misma y en mis sesiones de coaching fue que al final, después de manifestar tus deseos en un papel también  pueden pasar las  siguientes cosas:

Que te des cuenta de que querías otra cosa

 Se puede tener fervientemente un objetivo, pero una vez que te haces las preguntas necesarias llegas a la conclusión de que lo que querías en realidad no era exactamente lo que pensabas. Puede ser que te des cuenta de que quieres otra cosa que no tiene nada que ver  y que estaba encubierta, o que lo que anhelabas en realidad era conectar con la sensación que te causaba pensar ese deseo, pero haciendo algo no exactamente igual, sino similar.

Esto último me pasó el año pasado con tres o cuatro cosas que yo creía que las quería con toda el alma. Entonces, para saber si realmente lo que quieres es lo que dices, hace falta investigar antes: qué es aquello que te hará sentir cuando lo tengas. 

No es necesario dedicarte sólo a tu objetivo

¿Olvidarte del mundo, abandonar tu trabajo, arriesgarlo todo ya mismo e ir a por tu objetivo sin que importe nada mas? . No hace falta. Puedes llegar de la misma manera a tu deseo pasito a pasito.

Dicen que durante la conquista de América, Hernán Cortés se hizo famoso entre otras cosas porque fue quien dijo la famosa frase "quemar las naves", es decir, una vez cruzado el océano y con los pies en tierra americana, mando a quemar las naves para imposibilitar la retirada. Para no arrepentirse. Esta historia la la encuentro bastante relativa ya que una muy similar se relata en La Eneida de Virgilio y otra en el Corán, y ambos libros datan de mucho antes.

En todo caso, "quemar las naves" es para todo el mundo. Seguramente si eres un tiburón de las finanzas sí lo hagas, pero recuerda que también se puede llegar a destino sin prisa pero sin pausa, de a poco pero sin dormirse.

Hacer hay que hacer mas veces lo que te hace feliz

Otra cosa que aprendí el año pasado es que se puede tener muchas obligaciones y hacer cosas por inercia, pero seguramente hay una que te hace vibrar. Si no sabes cuál que es, piensa qué es aquello por lo que te levantarías de la cama de un salto, lo que te llena, lo que de solo pensar te hace sonreir, sentir mariposas en el estómago y lo harías hasta gratis.  Cuando lo descubras, encuentra la manera de poder hacerlo la mayor cantidad de veces que sea posible, puede ser un hobby o algo que quieras desarrollar como profesión, lo que sea, pero hazlo. Por que últimamente también  aprendí que el tiempo vuela, y al final de la carrera la idea es que  la sumatoria de horas agradables en total  de un balance positivo.

Feliz semana!


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