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Tres días en Copenhague

Publicado el 21 diciembre 2013 por Undiaenelpolo @Undiaenelpolo
Aprovechamos una escapada en el mes de diciembre para conocer dos ciudades: Copenhague y Malmö. El espíritu y la decoración navideña hacen aún más especial el pasear por sus preciosas y cuidadas calles.
Aunque las guías aseguran que la mejor época para hacer este viaje es en verano, visitar Copenhague y Malmö en diciembre también merece muchísimo la pena: las calles están llenas de gente, música, adornos y mercadillos navideños. Parece mentira que ante las inclemencias climatológicas habituales en Escandinavia en diciembre haya tantísima vida y alegría en sus ciudades. Si es así bajo los efectos de la tormenta Xaver está claro que nada impide que daneses y suecos disfruten de su día a día en cualquier momento y condición.

¿Qué ver y qué hacer en Copenhague?
A pesar de ser la capital de un país, los principales puntos de interés de Copenhague se pueden visitar fácilmente a pie y en un par de días bien aprovechados. Lo mejor es recorrerla a pie ya que la zona céntrica está llena de preciosas plazas adoquinadas y casas de colores con tejados a dos aguas del siglo XVII. Todo ello, entre canales.
  • La Sirenita: decepcionante o no, el icono por excelencia de la capital danesa es visita obligada.Tres días en CopenhagueLa melancólica figura que mira al mar desde su piedra es obra de Edvard Eriksen en 1913 (finalizada por Carlsberg). A diferencia de lo que parece más lógico, la famosa escultura al personaje de Andersen no se encuentra en la zona más céntrica sino algo más retirada. Lo bueno es que el paseo de unos 15 minutos entre Nyhavn y la Sirenita transcurre entre varios puntos de interés: Amalienborg, conjunto de 4 palacios del siglo XVIII y residencia de la familia real danesa; Kastellet, fortaleza en forma de estrella construida originalmente por Federico III en 1662; el Parque Churchill y la réplica del David de Miguel Ángel en la avenida Larsens.
  • Nyhavn: este canal y las famosas casitas de colores que lo rodean es posiblemente la imagen más bonita de la ciudad. Da gusto pasear por ambos lados del mismo contemplando el bello y armónico conjunto que conforman las casas, las calles adoquinadas y las bicicletas y peatones que transitan por ellas.
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  • Rundetaarn: construida por Cristian IV en 1642, la torre constituía la primera parte del Complejo Trinitatis: observatorio astronómico, iglesia y biblioteca universitaria. RecorriendoTres días en Copenhaguelos 209 metros de rampa en espiral se suben los 34,8 metros de altura hasta la plataforma abierta, desde donde se obtienen unas vistas inmejorables de la ciudad. La Rundetaarn se construyó inicialmente como observatorio para el astrónomo Tycho Brahe, función que mantiene hoy en día y que lo convierte en el más antiguo del mundo en funcionamiento. De camino a la plataforma se puede visitar la biblioteca, que actualmente alberga exposiciones temporales. Sobre la biblioteca se encuentra la buhardilla Ringerloftet, con objetos relacionados con la historia de la torre y una bóveda celeste de constelaciones iluminadas. Web oficial de la Rundetaarn.
  • Stroget: en pleno centro de la ciudad se encuentra el entramado de calles peatonales y plazas que conforman Stroget. Sus edificios de los siglos XVIII y XIX se conservan a la perfección, convirtiendo a esta zona en una de las más bonitas de la ciudad. Uno no se cansa nunca de pasear por las animadas calles Frederiksberggade y Laederstraede, la zona del barrio latino y de Pisserenden (al norte de Stroget) o el canal de Gammel Strand. Además, en Stroget se encuentran los juzgados o Domhuset, edificio neoclásico de estuco rosa; la Fuente de la Caridad (Caritas Springvandet), de 1608 y considerada la más bonita de la ciudad; y la iglesia del Espíritu Santo (Helligändskirken), del siglo XV. La plaza Hojbro acoge en diciembre el mercado de Navidad alemán.
  • Iglesia de Nuestro Salvador (Vor Frelsers): a mitad de camino entre la parada de metro de Christianshavn y Christiania se encuentra esta iglesia del siglo XVII, famosa por su empienada torre. Cuenta con 400 escalones que ascienden hasta los 95 metros. Hasta aquí bien, el problema para los que sufren de vértigo son los últimos 150 que se recorren por fuera de la torre hasta que directamente desaparecen. Y si no, que se lo digan a Axel Lidenbrock que fue obligado por su tío a subir hasta el final para "acostumbrarse a las alturas y profundidades" que esperaba encontrar en su famoso Viaje al centro de la Tierra. Página web de la Vor Frelsers Kirke.

    Tres días en Copenhague

    Stroget


    Tres días en Copenhague

    Y en el otro extremo, Christiania


  • Christiania: ubicado en la isla de Christianshavn, este reducto utópico y alternativo que parece tener los días contados es un contraste radical con el resto de la ciudad. Allá por 1971 un grupo de okupas se colaron en los edificios abandonados de la Marina y fundaron Christiania, donde convivieron durante años hippies, artesanos, ecologistas y drogadictos. Aunque en 2007 se acordó la cesión de la zona al Gobierno lo cierto es que hoy día sigue siendo una comunidad totalmente al margen del resto de la ciudad. Un paseo de una hora por esta singular zona no deja indiferente, más aún en periodo navideño, donde puedes contemplar los típicos abetos con una decoración nada convencional y rodeados de grafitis y curiosos elementos arquitéctonicos. Christiania también tiene mercado navideño, sí, pero en lugar de aebleskiver tienes bollitos de marihuana y otros tantos productos de dudosa legalidad. Página web de Christiania.
  • Slotsholmen: este complejo palaciego situado en una isla conectada por 8 puentes con el resto de la ciudad, alberga en la actualidad el Folketinget (Parlamento), la iglesia neoclásica de Christiansborg, De Kongelige Stalde & Kareter y el Teatermuseet. Es precisamente en esta isla donde nació Copenhague ya que en ella estaba la fortaleza que mandó construir el obispo Absalon en 1167 para defenderse de los piratas y entorno a la cual creció posteriormente la capital danesa.
  • Tivoli: entre el Ayuntamiento, un precioso y enorme edificio romántico, y la estación de tren, Tres días en Copenhaguese encuentra uno de los iconos de la ciudad: el parque de atracciones de Tivoli. Y no es para menos. Aunque el pago de la entrada (básica) no da acceso a las atracciones, el mero hecho de pasear entre las calles, los edificios y el lago del parque ya merece la pena. Durante todo el mes de diciembre Tivoli vuelve a abrir sus puertas y se viste de Navidad sin escatimar en adornos. Todas las calles cuentan con multitud de puestos de souvenirs y comida y bebida típicas. Degustar el glogg (versión danesa del vino caliente con especias) y los aebleskiver (bolitas similares en textura y sabor a los agujeros de donut, servidas con mermelada) en cualquier de ellos es tarea obligada. Para los incodicionales de las atracciones, Tivoli cuenta con 30 proopuestas para todos los gustos: desde los trenecitos y carruseles infantiles hasta otras sólo aptas para fans de la adrenalina. El espectáculo nocturno de luces y agua del lago es el final perfecto para esta visita mágica e inolvidable. Página web de Tivoli.

Si vas a Copenhague en diciembre no puedes perderte los mercadillos navideños de Nyhavn, Tivoli, Hojbro y el alternativo de Christiania, además de las decoraciones de Stroget.
¿Qué ver y qué hacer en Malmö?
Malmö es la tercera ciudad más grande de Suecia pero eso no quiere decir que no pueda recorrerse fácilmente a pie en unas horas. Su centro histórico lo conforman 3 plazas y un castillo, conectados entre sí por bellas calles, la mayoría peatonales.
Tres días en Copenhague
Castillo
(Malmöhus Slott): fortaleza del siglo XV que en la actualidad alberga varios museos. Detrás de la misma se encuentra el parque del Rey, con sus jardines y canales (y hasta un molino).
De plaza en plaza: el paseo más bonito de la ciudad es el que transcurre entre las plazas de Stortorget, Gustav Adolfs Torg y la más coqueta y pequeña Lilla Torg. En diciembre todo está decorado de Navidad, las calles están llenas de músicos y puestos de todo tipo y uno no se cansa nunca de hacer este recorrido. En Gustav Adolfs Torg, además, hay una caseta con abetos decorados en distintos estilos, Papa Noel atendiendo a las peticiones de los más pequeños y un árbol gigante cargado de regalos.
Información de interés
Cómo llegar: hay vuelos directos de Madrid a Copenhague con Norwegian Airlines e Iberia Express. Nosotros hicimos el trayecto de ida con la primera y el de vuelta con la segunda.
Alojamiento: como casi todo en Copenhague, los hoteles y demás alojamientos son bastantes caros. Es difícil encontrar algo por menos de 100 euros la noche, así que conviene mirar a fondo en varias páginas de reservas y elegir también en función de las necesidades de cada uno. Al ser nuestra visita en diciembre optamos por un alojamiento muy céntrico, junto al canal de Nyhavn, y próximo al metro: el Hotel Neptun (reservado vía Booking). Además de la localización, el hotel tiene la ventaja de incluir en el precio el desayuno y la cena buffet, además de autoservicio de cafés e infusiones durante todo el día. Nosotros no podemos sino recomendarlo ya que el trato fue excelente y a pesar de llevar una reserva totalmente cerrada, no nos cobraron la primera noche (el aeropuerto estaba cerrado por la tormenta y tuvimos que hacer noche en el de Oslo) pero sí nos dieron el desayuno cuando llegamos a primera hora. Nota gastronómica: en ocasiones emplean un producto de origen vegetal (probablemente) de color verde que le da un pésimo sabor a todo lo que toca.
Cómo moverse: aunque los principales puntos de interés pueden visitarse fácilmente a pie, para desplazamientos mayores Copenhague cuenta con una extensa y eficiente red de metro, autobús y tren. La línea 2 de metro conecta el aeropuerto de Kastrup en menos de 20 minutos con el pleno centro de la ciudad. También se puede ir en tren hasta la estación central. Para ir de Copenhague a Malmö lo mejor es el tren. Salen a diario cada poco tiempo y en unos 40 minutos conectan las dos ciudades.
Comidas: los escandinavos tienen un nivel de vida envidiable para muchos, sus calles están impolutas, sus habitantes rebosan alegría y hablan en perfecto inglés... Pero nadie es perfecto... ¿En qué fallan? En el tema gastronómico. A no ser que te guste la comida seca e insípida y/o gastarte un dineral la experiencia gastronómica será como mucho pasable. Lo bueno es que a nivel puestos callejeros tienen cosas más que decentes heredadas de vecinos con mejor gusto. Al igual que en Islandia, el perrito caliente (totalmente diferente del estadounidense) es una de las mejores opciones. En Andersen (frente a la estación de tren y junto a la entrada a Tivoli) presumen de hacer el mejor y aunque no los hemos probado todos, podemos asegurar que están muy muy ricos.
Lo más típico de Dinamarca es el Smorrebrod, sandwich abierto de los más variopintos ingredientes que tampoco es que sea una delicia. En diciembre, en los puestos callejeros se pueden degustar el glogg y los aebleskiver, además de las habituales salchichas. Además, en los bares y restaurantes se sirve la Juleog o cerveza de Navidad. En el restaurante Nyhavns Faergekro hacen la suya propia y puedes tomarte un tercio por 7 euros (siendo la zona más prohibitiva de la ciudad, podría hasta considerarse barato). Tampoco está mal el chocolate caliente de La Glace aunque tampoco es para tirar cohetes.
Ropa para invierno: en realidad el clima no es muy diferente al de Madrid aunque el mar que hace que no bajen demasiado las temperaturas ayuda a que la sensación térmica sí sea de más frío del que hace. Con ropa de abrigo normal (mejor impermeable), botas de nieve en caso extremo y unos buenos guantes, bufanda y gorro se puede aguantar perfectamente en la calle.
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