Tal y como ya comenté en el anterior post, el metro de Londres, conocido como the Tube por la forma de sus túneles, tiene 274 estaciones y 408 kilómetros de longitud. Con sus más de tres millones de usuarios diarios, es la segunda red de metro más grande del mundo después de la de Shanghái. Así que ya podéis imaginar que viajar por ella suele convertirse en toda una aventura, especialmente el primer día que llegamos a la ciudad.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que el nombre de los andenes viene marcado por el sentido de salida de sus trenes: norte (Northbound), sur (Southbound), este (Eastbound) y oeste (Westbound). Esto facilita ir hacia la dirección exacta.
Ahora solo queda coger el tren correcto. La mayoría de lineas de metro se bifurcan teniendo diferentes destinos en una misma dirección o, incluso, algunos trenes no llegan hasta la última parada de la línea. Para evitar confusiones y no perder el tiempo volviendo hacia atrás o teniendo que cambiar de convoy, hay que fijarse bien en los paneles informativos que hay en todos los andenes o en la parte delantera del tren.
Por suerte, y a pesar del laberinto de túneles, pasadizos y escaleras, orientarse por el metro no resulta tan difícil como puede parecer en un principio gracias a la gran cantidad de señalizaciones que hay por todas partes.
La parte más complicada es saber que tarifa pagaremos y que bono comprar, todo un hito lograr entenderlo.
El mapa de transporte de Londres está dividido en nueve zonas concéntricas. Las zonas 1 y 2 abarcan el centro de la ciudad y el extrarradio lo cubren de la 6 a la 9. Los precios de los billetes de metro varían dependiendo de las zonas y de la hora en la que se realice el trayecto. Para pagar menos y evitar las colas, lo mejor es adquirir la tarjeta Oyster y/o Travelcard.
La Oyster Card no es más que una tarjeta monedero que simplifica la compra de los billetes de cualquier transporte público dentro del área metropolitana. Se compra y se recarga en cualquier estación de metro, pagando con el saldo una tarifa sustancialmente más económica que comprando el billete individual. Su coste es de £5.00, siendo esto una fianza, ya que cuando devuelves la tarjeta, te abonan dicha cantidad más la cantidad restante de saldo no utilizado que tengas en ese momento.
La ventaja principal de la Oyster Card está en la denominada price cap, que no es más que el cargo máximo que se cobrará. A partir de este tope diario, que depende de las zonas que se utilicen, los viajes restantes serán gratuitos.
Para los visitantes existe la Oyster Travelcard o Visitor Oyster, que es la versión “guiri” de la misma tarjeta. Se puede pedir on-line y la envían a casa con un precio de gestión de 3,5£ + gastos de envío a cambio de algunos descuentos en restaurantes y atracciones turísticas, pero a cambio de unas tarifas algo más caras que la tarjeta normal, aunque el price cap es el mismo en ambas.
Si tenemos previsto usar mucho transporte público y para visitas de más de cinco días se puede optar por la compra de una Travelcard, abonos ilimitados para un periodo de validez determinado: semanal, mensual o anual.
En este link os dejo un resumen de las tarifas vigentes: Fares
Esto es solo un breve resumen, pero podéis creer que el sistema de tarifas, horarios, zonas, etc. es muy complejo. Muy recomendable Diario de un londinense para informaros sobre cualquier tema relacionado con el transporte y trucos para ahorrarnos un dinerillo.
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