Revista Coaching

Tres elementos de GTD que hacen que te miren raro

Por Jofoba @jordifortunybad

GTD es una secta o GTD es de frikis son un par de generalizaciones que la mayoría de personas que usamos la metodología hemos oído alguna vez.

No es que GTD te haga hacer cosas raras, más bien todo lo contrario. Se basa en hábitos sencillos que incluso una mayoría de personas termina reconociendo que —más o menos— también hacen.

Aún así, en mi experiencia, hay tres elementos que hacen que tu entorno te mire raro. Incluso son fuente de chistes y bromas cuando se explican en la Formación GTD® Oficial.

De hecho, pienso que también es signo de madurez en el camino para dominar GTD cuando ya no los escondes y afirmas orgullosamente que no sabes cómo habías podido vivir sin ellos. Jajajaja.

1.Capturar todo lo que llama tu atención en el momento que aparece.

Claro, una cosa es apuntar discretamente en una libreta algo cuando estás en tu puesto de trabajo o en una reunión.

Y otra muy diferente es pararte durante tu paseo para hacer una foto a un —anodino— cartel con una oferta de detergentes. Dictarle un mensaje al asistente de Google mientras conduces con el coche lleno de gente. O bajarte de la bici en medio de una cuesta para tomar una nota de voz con Braintoss.

Tres casos reales. Tendrías que ver a la gente parando a mi alrededor para mirar con detenimiento el cartel del detergente, buscando qué era eso tan interesante como para hacerle una foto. O las amigas de mi hija —cuando las acompañaba a una fiesta en coche— pensando que estaba como una cabra mandándome mensajes a mí mismo. O mis colegas de bici gritándome que soy un obseso del trabajo. Jajajajaja.

2.Incubar, o mejor dicho, verbalizar que vas a incubar un tema o que lo tienes incubado.

Tu jefa: «¿Oye, te acuerdas de tal cosa?».
Tú: «Sí, pero de momento lo tengo incubado».
Tu jefa: «¿Qué dices? ¿Como los huevos? ¿Ahora tienes una granja o qué?».
Tú: No lo dices, pero lo piensas —con una sonrisa burlona—: «Pues sí, tengo una granja con todo lo que me pides y luego no te acuerdas».

Y la apoteosis ya es cuando, con toda la buena voluntad del mundo, para explicarlo mejor, les enseñas tu incubadora —lista Algún día/Tal vez— y las risas se oyen desde la China. ¡Una lista de posibles regalos que te gustaría que te hiciesen! Jajajaja. ¡Tío estás fatal! Y, al mismo tiempo, quien lo dice, se aleja un poquito, no sea que el frikismo GTD se contagie.

3.Agenda con tu pareja.

Yo la llamo la lista tabú de GTD. Todo el mundo la tiene pero nadie reconoce que la tiene. Jajajaja. Y es que como se entere tu pareja que tienes una lista de temas que tienes que hablar con ella, te cruje.

«¡Tú ya no me quieres, dónde ha quedado el romanticismo en nuestra relación!». Y tú, cayendo por el precipicio intentando —patéticamente— encontrar un sitio donde agarrarte: «No me digas que no es romántico que tenga una lista con tu nombreeeeee». Jajajaja.

Salta a la vista la utilidad de estos tres elementos. En frío, nadie te los discute. Pero dan para mucha broma.

Las cosas se capturan cuando aparecen, porque puede que no vuelvan. Incubar —y la gestión de la incubadora— te permite ser una persona tremendamente efectiva. Y la lista Agenda con tu pareja te permite hablar de las cosas importantes con la atención adecuada, no mediante WhatsApp’s según surge.

Salen de la norma: sí. Son útiles y funcionales: totalmente. ¿Cómo va eso de «Ande yo caliente, y ríase la gente»? Pues eso.

Photo by Thomas Park on Unsplash

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