Revista En Femenino

Tres errores frecuentes que dificultan o llevan al fracaso la lactancia materna

Por Amormaternal
Tres errores frecuentes que dificultan o llevan al fracaso la lactancia materna
El principal obstáculo para tener una lactancia materna exitosa, fluída y satisfactoria, a mi parecer, es la información. Si disponemos de la información adecuada, podremos evitar las siguientes trampas o errores frecuentes que muchas veces llevan la lactancia materna a un fracaso -o al menos la dificultan considerablemente.
No confiar en la capacidad de tu cuerpo de nutrir a tu hijo, de tener un suplido adecuado de leche materna tras haberlo gestado y parido.
Hemos hablado en artículos anteriores de la crisis de la lactancia materna que suele ocurrir en torno a los tres meses. Aquella en la que tras tener los pechos muy llenos durante el inicio de la lactancia, pasamos a tenerlos blandos nuevamente, y muchas madres interpretan esto como que "se les fue la leche", o ya no producen suficiente para nutrir a sus hijos. Al contrario, el cuerpo del niño y de la madre son tan inteligentes, están tan perfectamente diseñados, que el niño aumenta la frecuencia de las tomas durante algunos días justamente para comunicar al cuerpo de mamá que necesitará más leche. Una vez recibido el mensaje -y para recibirlo, obviamente, tenemos que dar el pecho a demanda- la producción se regula.
Introducir biberones de "ayuda" o complemento.
Si por el contrario no estamos informados y recurrimos al biberón de complemento, administrando leche extraída, o leche artificial mientras el niño está demandando más, estaremos perdiendo la oportunidad de que comunique al pecho de mamá que necesita más. Cada vez que le damos un biberón, el cuerpo de mamá no está siendo estimulado y no "se entera" de que tiene que fabricar más leche, de que el niño aumentó su demanda, por lo que no podrá ajustarse a ella. Produciremos gradualmente menos leche, iremos introduciendo entonces más cantidad de leche de fórmula, comprometiendo cada vez más la lactancia materna y disminuyendo más y más el suplido hasta realmente quedarnos sin leche materna.
Dar el pecho con horarios
Si además de esto, no damos el pecho a demanda: es decir; cada vez que el niño pida, antes incluso de que llegue a llorar, prestando atención a sus pedidos sutiles, amables, ya sea por sueño, necesidad de calor, compañía, sosiego, cercanía con mamá, hambre, sed, consuelo, etc. o cuando a la madre le apetezca también; si tenemos los pechos muy llenos, podemos preguntarle al bebé si le apetece y acercarlo a ver si se engancha. La lactancia materna a demanda también implica dejar al niño en un pecho hasta que lo suelte por sí solo, sin limitar el tiempo que pasa de cada lado, luego ofreciendo el otro.
Comento esto porque la leche del inicio de la toma es más ligera, con mayor contenido de agua para saciar la sed, la del medio contiene más nutrientes, y la del final contiene más grasas. Si dejamos al bebé durante 10 a 15 minutos de cada lado -que es lo que se recomendaba antiguamente- el niño no recibiría nunca la leche del final, que es la que contiene más grasa y es posible que no aumente bien de peso.
Antes de cerrar el artículo, recordarles que aproximadamente un 95% de mujeres puede lactar, un pequeño porcentaje padece de hipogalactia verdadera, es decir; incapacidad de producir leche, o suficiente leche para sus hijos, por lo que podrían requerir donantes de leche materna, o bien recurrir a la lactancia artificial.
¿Y tú? ¿Qué otro error crees que pueda contribuir con el fracaso de la lactancia materna?
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